“Contento con la repercusión” que ha tenido la Semana de la Arquitectura en Navarra, que finaliza este domingo, Santiago Iribarren Santesteban (Pamplona, 1960) reflexiona sobre el momento que atraviesa la profesión. El arquitecto y presidente de la delegación navarra del COAVN tiene claro que hay que cuidar la calidad en los procesos y combatir la "competencia brutal" entre arquitectos y arquitectas que está devaluando la profesión.

¿Está la arquitectura tan cerca de la sociedad como debería estarlo?

La arquitectura está muy cerca porque vivimos dentro de arquitectura, la sentimos, la respiramos, la sufrimos, estamos invadidos por arquitectura. Otra cosa es cómo está ahora mismo la profesión.

¿Y cómo está?

Desde la crisis de 2008 ha ido a la baja en el sentido de que somos muchos, hay mucha competencia, y a veces, como en muchas otras cosas de la sociedad, el precio de las cosas es el que define y no la calidad o lo que te aporta...

¿Quizá ha pasado que no siempre se ha pensado en el bien común, en la arquitectura como servicio público a la hora de proyectar, y al final el gremio ha salido mal parado por algunas actuaciones?

Obviamente estamos muy tensionados, dependemos de clientes, que pueden ser públicos o privados, y en los cuales puede primar la calidad, pero también en algunos casos puede primar la especulación. La arquitectura no es ajena a lo que pasa en todos los aspectos de la sociedad.

¿En qué otros aspectos se nota la crisis de la profesión?

Los ingresos medios de los arquitectos son bajos ahora mismo, estamos casi mil colegiados cuando en los años 60 había una treintena de arquitectos..., y eso supone una competencia y una desvalorización de nuestro trabajo. A veces nosotros mismos, por nuestro aspecto vocacional, nos volcamos en conseguir un trabajo que nos hace mucha ilusión y no damos valor a cosas que vamos regalando. A veces un cliente te viene y te pide: oye, ¿cómo sería mi casa? Y es lícito, me parece muy bien, pero en el fondo estás diciendo: te estoy dando lo más original de mi trabajo, lo más importante. Y eso se tiene que valorar.

“Estamos muy tensionados, dependemos de clientes y a veces puede primar la calidad, pero otras puede primar la especulación”

Está la presión de los promotores-clientes, están los ingenieros... ¿El peso de los arquitectos en los procesos de los proyectos es el que debería ser?

Hombre, por ejemplo en los nuevos desarrollos de Pamplona, el urbanismo marca mucho cómo va a ser el bloque de viviendas, ya esté en Lezkairu o Ripagaina, en cualquier urbanización, da igual, ya no hay una cierta libertad en la implantación de ese edificio, ya estás muy ceñido; tienes acotadas las dimensiones. Luego vas resolviendo el programa, y además realmente hablamos de una sociedad que en algunos aspectos es progresista pero en otros, en el concepto de vivienda por ejemplo, es muy conservadora, muy tradicional; su vivienda es la vivienda para toda la vida, quiere sus tres dormitorios, su salón, su cocina, y a veces intentas innovar y te das cuenta de que no es fácil, no encajan conceptos más flexibles. Se tiende hacia lo clásico. En ese sentido la creatividad está limitada, al final muchas veces se queda en la volumetría, la imagen exterior, pero las distribuciones están un poco mediatizadas. Siempre cuento una anécdota: en el primer proyecto que hicimos estábamos intentando hacer una vivienda muy unitaria, y en un momento dado la persona sacó un papelito y nos dijo: me da un poco de vergüenza, pero en realidad lo que quiero es una casa con pasillo. Sacó un croquis y ahí tenía diseñada una vivienda tradicional de San Juan o de Iturrama en cualquier momento. Normal.

¿Cómo definiría, arquitectónicamente hablando, el momento actual de Pamplona y su comarca?

Yo creo que tenemos la suerte de vivir en una ciudad muy amable por distintas razones, entre ellas que se han conservado unas zonas verdes que cada vez son mejores, con más arbolado. La idea arquitectónica en Navarra, y no solo lo digo yo, creo que es muy buena en general dentro de lo que es el país. Hay una escuela de arquitectura, hay una cultura arquitectónica...En ese sentido soy optimista, creo que las cosas se hacen cada vez mejor. Las viviendas son mejores que antes.

¿Pero qué necesidades o retos ve para Pamplona?

Bueno, pues así como en su día se hicieron grandes obras como la variante y luego las rondas, que fueron grandes inversiones, yo creo que ahora mismo toca repensar el papel del coche y la circulación dentro de la ciudad. Por ejemplo, el eje que viene desde Huarte-Villava-Burlada, a Baja Navarra, Avenida del Ejercito y Pío XII, es muy importante y hay que intentar que no parta la ciudad por medio con un tráfico intensísimo. Como en su momento pasó con la Avenida Zaragoza, yo tenía un estudio allí y era insufrible, los camiones pasaban por allí y por Baja Navarra. Pues bueno, habrá que pensar. En su momento se desecharon los tranvías proque era muy caro, pero habrá que pensar en esas posibilidades. No hay que cerrarse. En un momento determinado algo tendrá que cambiar.

“En Pamplona ahora toca repensar el papel del coche y la circulación dentro de la ciudad; no hay que cerrarse a la posibilidad del tranvía”

Ha comentado que las viviendas son cada vez mejores, pero se venden a precios que pocos pueden pagar, sobre todo en el centro de Pamplona.

Eso es un hecho, sí. En el casco viejo y segundo ensanche, es verdad que los precios son altos y además acondicionar una casa en el deseo del que compra supone otro coste. De todas formas eso es paradójico también con el hecho de que yo noto que el comercio cada vez va desapareciendo más del centro, hay oficinas que ya no tienen sentido en el centro, por el tema del aparcamiento, del trabajo domiciliar, la inversión que supone tener una oficina en el centro... Pues yo creo que hay que facilitar que todos esos espacios se habiten correctamente. Lo que pasa es que las normativas que creamos son muy garantistas y en muchos casos anticuadas, creo que hay que hacer un esfuerzo en favorecer la reocupación del centro, y si mejoramos esa reocupación del centro, creo que podremos incidir también en que baje el precio de las cosas.

Santiago Iribarren Santesteban, en la sede del COAVN en Pamplona. Iban Aguinaga

Los centros de las ciudades se parecen cada vez más entre sí, van perdiendo personalidad.

Sí, es verdad. A mí me preocupa que desaparezca el comercio. El comercio está relacionado con la densidad. Lo que pasa es que se ha impuesto la venta on line, de la que yo me considero desafortunadamente cómplice, como la gran mayoría, porque me siento mal comprando por Internet pero lo hacemos... Y esa desaparición del comercio hace una ciudad muy muy hostil en muchos casos, hostil para el paseo... Nos va a refugiar en nuestra casa. Insisto en que hay que repensar nuevos usos, nuevos conceptos de vivienda que garanticen la ocupación del centro.

¿Y qué haría con el Paseo Sarasate?

Es una obra que hay que hacer, porque es un punto que desde que desapareció el tráfico se ha quedado como hostil, necesita una solución. Y hay un dato, el comercio está en crisis en el Paseo Sarasate. Nosotros desde el Colegio vamos a realizar un debate interno, nuestro, en el que queremos analizar las cosas desde un punto de vista técnico, y comentar entre nosotros cómo vemos las soluciones. Vamos a contar con los redactores de las tres propuestas que se seleccionaron, desde un punto puramente técnico, quitándole todo ese enfrentamiento político que hace que en la ciudad no se tomen decisiones necesarias. Hay que argumentar técnicamente por qué una cosa y por qué otra, y decidir cómo tiene que ser una ciudad desde un punto de vista de los especialistas, en este caso de arquitectos que te apunten lo mejor o lo posible, porque a veces queremos cosas que no son posibles; pues habrá que ver, o dejar algo por el camino.

El concurso ya se planteó mal.

Sí, el ayuntamiento era propietario en un concurso que para nosotros es abusivo y se quedaba con la propiedad intelectual de esas propuestas. No adjudicaron el proyecto, compraron unas ideas. Ahora el ayuntamiento tendrá que gestionarlo, ver cómo lo soluciona. Nosotros queremos tener un papel como técnicos dentro de la sociedad, orientando, dando nuestra opinión profesional.

¿Y ven disposición a escucharles?

Bueno, nosotros hemos invitado en este caso a los grupos políticos, a todos. No para que vengan a hablar sino para que escuchen nuestras argumentaciones y las posturas críticas de unos y de otros, los argumentos de cada redactor, las preguntas que puedan salir... ¿Y por qué hacemos este debate?Porque a veces nos sentimos que estamos fuera de las decisiones que son técnicas y urbanísticas, y que la política se come a veces todo, los enfrentamientos políticos se comen cosas que tendrían que solucionarse por supuesto de forma mucho más dialogada y argumentada, pero con criterios técnicos.

Hace poco comentaba en un artículo publicado en este periódico que el futuro de la arquitectura pasa por los edificios de consumo casi cero y la incorporación de la industrialización en los procesos.

Sí. En la industrialización a veces se dan mensajes confusos. Cada uno nos imaginamos una cosa con la industrialización. Tengo la sensación de que el cuidadano que no está metido en este mundo oye industrialización y piensa en una casa prefabricada en un solar. Y en cuanto al centro de industrialización que va a haber en Pamplona, se habla de introducir en la construcción elementos que vienen ya de procesos industriales con una calidad superior, con un ajuste, que permitan que en la obra se esté menos tiempo. Hay que tener en cuenta que cada vez hay menos mano de obra que quiera trabajar en la construcción, eso es un hecho. Ahora, si el objetivo es reducir costes, pues creo que no vamos bien encaminados; el objetivo debe ser mejorar la calidad del producto.

“Me preocupa la desaparición del comercio en el centro; vuelve la ciudad muy hostil para el paseo y nos va a llevar a refugiarnos en las casas ”

¿Qué retos se ha marcado para los tres años como presidente de la Delegación en Navarra del COAVN?

Pretendo continuar lo que han hecho mis antecesores, que creo que lo han hecho muy bien. Estamos trabajando por un lado para tener más presencia en la sociedad, porque sentimos a veces que estamos desaparecidos, muchas veces se inaugura un edificio y no hay ninguna referencia a los arquitectos, ni siquiera a veces nos invitan a la inauguración del edificio que hemos diseñado... queremos bajar a la calle y tener más presencia a la sociedad. Por otro lado estamos trabajando en el mundo de los concursos públicos, en intentar que los pliegos, aunque obviamente tendrán que cumplir la ley de contratos y todo lo que se requiera, de alguna manera se valoren la creatividad, las ideas, tengan unos honorarios justos, que no se fomente la competencia brutal solo por el dinero. Luego hay unos retos como la industrialización en la construcción, la sostenibilidad, en los que creo que necesitamos formación, innovación, renovarnos en nuestra función arquitectónica. Esos son los pilares de lo que estamos trabajando.

¿Qué necesidades impone la crisis climática?

Mejorar la calidad de la arquitectura en el sentido de protegerse, consumir menos... También hay que tener en cuenta que tampoco puede ser el único objetivo porque podemos llegar a una desproporción: por no gastarme en un recibo cuarenta estoy invirtiendo cien mil... A ver, la vivienda tiene que estar cercana en precio a lo que pueden pagar la mayoría de las personas. Si nos disparamos, estará más lejos de ello.

¿Y en qué sentido la pandemia ha cambiado la manera de concebir la arquitectura?

De la pandemia se han quedado cosas. Por ejemplo, ahora es inconcebible una casa sin una terraza. Yo me acuerdo cuando empezamos a trabajar, se decía: bah, las terrazas en Pamplona no sirven, no hacen falta, qué tontería. Y ese aspecto ha cambiado. Y luego, incorporar espacios para el trabajo dentro de la vivienda. Esos dos son los puntos que han cambiado.

Está claro que la arquitectura que habitamos nos influye en cómo estamos, anímica y emocionalmente.

Sí, como se ha dicho en la pasada Bienal de Arquitectura Latinoamericana, la arquitectura es un arte y una técnica de interés social, es un bien de interés público, porque la calidad de lo espacios que habitamos nos influye, desde el edificio que rodea y determina ese espacio, hasta el pavimento, la calle, pasando por las vistas, el confort acústico... todo influye.

Volviendo a Pamplona, recientemente dijo en una entrevista que no veía desarrollos urbanísticos próximos.

Sí, y también tengo mis dudas, no podemos seguir siempre expandiéndonos si no crecemos la población. Lo que tenemos que hacer es repensar lo que ya tenemos, ver si necesitamos revisar usos, pero en eso nos topamos muchas veces con dificultades y trabas desde la Administración, como cuando se dice: aquí no se pueden hacer viviendas. Pues igual sí se pueden hacer. Hubo un ejemplo hace poco en unos silos en una zona de Tierra Estella donde se va a hacer un estudio para reutilizarlos como viviendas. A mí me parece estupendo dar usos a edificios e inversiones que están paradas. Es imaginación. Para eso estamos nosotros, para aportar ideas.

¿Cómo le gustaría ver el COAVN al finalizar sus 3 años de presidencia?

Me gustaría lograr que de alguna forma tuviéramos más presencia en la sociedad, que se nos tuviera más en cuenta en las decisiones, me gustaría intentar que entre los colegiados tuviéramos mayor integración, porque el colegio se ha distanciado un poco de la profesión, y la competencia y tal... Me gustaría intentar mejorar las licitaciones públicas y que de alguna forma nuestra aportación a la arquitectura y a la construcción sea reconocida económica y socialmente.

¿En qué mejoraría las licitaciones?

En que se valore realmente la calidad de las ideas, que se hagan por concursos de proyectos con jurados cualificados, y que se dé valor a la idea. Lo importante es la idea, no si vale un cinco por ciento menos que la de otro colega, porque ha habido casos así.

PERFIL

  • Formación e inicios. Es arquitecto urbanista por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Navarra en 1986 y ese mismo año cofundó AA Arquitectos Asociados junto con Miguel Ángel Zabala Iraurgui, Rafael Rojas Gallardo y Alberto Valls Blasco.
  • Obra pública. Centro de Salud, SEU y SOS, del II Ensanche, Casa de Cultura de Peralta, Centro de Salud de Ansoáin, Centro de Esquí Nórdico del Valle de Roncal, Parque de Bomberos de Trinitarios en Pamplona, Ciudad Deportiva Mogotes de Artica, Centro de Salud de Buztintxuri; Urgencias de Pediatría, Ginecología y Obstetricia del Hospital Virgen del Camino; Centro de Salud de Santesteban, Piscinas y Campos de Futbol Clara Campoamor de Tudela, y Escuela de Educación Infantil de Lezkairu.
  • Viviendas. En los últimos años ha proyectado y dirigido más de 1.500 viviendas en bloque para diferentes clientes privados.
  • Obra para clientes corporativos. Editorial Thomson Aranzadi en Cizur Menor, Centro Parroquial San Pedro en Mutilva Baja, restaurante y hotel Castillo de Gorraiz, oficinas y naves de Laboratorios CINFA en Areta, Tanatorio Monasterio de Irache, Hospital FREMAP en Vigo, y complejo turístico Irrisarri Land en Igantzi.