El Sporting Club Navarro se constituyó el 7 de marzo de 1907 y Víctor Pascual Catalá (Berlanga del Duero, Soria) ya estaba asentado en Iruñea por aquel entonces. No sabemos si fue uno de los cien socios fundadores (tan solo tenía 17 años), pero aquel equipo ciclista le marcaría para siempre.

Meta en Iruña de la etapa de la Vuelta al País Vasco de 1928.

El ciclismo había llegado a Iruña en 1878. Los primeros ciclistas y sus máquinas hicieron enemigos nada más dejarse ver. En el mundo rural hubo casos de apedreamientos. De aquella época es la espectacular imagen de una treintena de ciclistas atravesando Sarasa camino de Donostia.

El Veloz Club Pamplonés fue el primer equipo. En 1890 se construyó un velódromo en Barañáin (donde se sitúa el actual Hospital de Navarra), en el que destacarían Martín Aldaz, Santiago Navaz y Diego Mina. De esa época son también la revista La bicicleta y la primera tienda de bicis, Aitor. Una década después, Arturo Campión será el presidente del club, cuando nace el organismo español del ciclismo, la Unión Velocípeda Española.

Aunque Navarra era pionera en la práctica del deporte sobre ruedas, no terminaban de proliferar las pruebas y los equipos. Sin embargo, el primer Campeonato Navarro, de 1912, impulsará su práctica, favorecida por el desarrollo e influencia del ciclismo vasco y por una figura clave: Víctor Pascual.

Un entusiasta de la bici

En 1915, Víctor Pascual se casa con Regina Urquía, de 38 años, 14 mayor que él. Adquiere un local en la Taconera 18, el Sporting Club Navarro, para la venta, alquiler y reparación de bicis. Al mismo tiempo promueve la práctica deportiva y profesional del ciclismo. Las bicis son inglesas y cuestan 175 pesetas. El negocio tendrá un desarrollo lento y pasará por cinco ubicaciones, en parte debido a la competencia de locales de la ciudad, como el Club Moderno.

A finales de 1919 se muda a la Calle Estafeta nº 78 (Kukuxumuxu), donde además de bicis, comienza a vender motocicletas, automóviles y camiones de ocasión. El tercer traslado lo realiza en 1921 al 64 de la misma calle (Calzados Atanasio), acercando al público pamplonés las bicis alemanas –diseñadas también para mujeres– a un precio de 400 pesetas. Para entonces la bicicleta es un medio de transporte y de ocio cada vez más popular.

La idea del primer Circuito de Pamplona es de Víctor Pascual junto con el Club Lagun Artea. El acontecimiento es un éxito (y Remigio Loroño, su primer campeón) y un mes después, en mayo de 1924, 30 personas (y varias adhesiones) constituyen la Unión Ciclista Navarra (UCN). Su objetivo será organizar las carreras del Gran Campeonato Vasco, previsto para julio, incluida una prueba para navarros el día anterior (previa inscripción en el nuevo club). Víctor es elegido tesorero-contador, además de encargado de la Comisión técnica, junto a José Saura de Osasuna.

“El popular garagista don Victor Pascual ha dotado a todos los ciclistas de excelentes máquinas nuevas, marca Gurtner, además de sufragar los gastos de los desplazamientos”, señala la prensa con motivo de la celebración de una carrera en Tolosa. Se suceden las pruebas y Pascual, propietario del Sporting, aparece como sponsor y organizador, y protagoniza la entrega de premios en las carreras. Los elogios proliferan en la prensa. El presidente de UCN, Antonio Garriz, del Lagun Artea, lo menciona en repetidas ocasiones. “Sin él, el ciclismo no se hubiera organizado. La idea, los apoyos financieros, junto a su pasión, todo ello, hizo posible que un grupo cada vez mayor de ciclistas y la afición crecieran”. Curiosamente, Osasuna, Indarra y Lagun Artea en Pamplona, Real Sociedad en San Sebastián y el Athletic en Bilbao organizan sus primeras escuadras ciclistas.

“El entusiasta deportista pamplonés don Víctor Pascual, junto a Gárriz, que ya nos tiene probada su afición y competencia en la materia, impulsa la campaña. Pascual asegura que estarán los mejores corredores de la zona vasco-navarra”. Los campeonatos navarros se celebran el 5 de julio y 6 de septiembre, y resultan un éxito.

Sabemos que Víctor le confesará a Antonio sus deseos de volver a montar en bici. Pero ya no tiene 20 años y tiene que resignarse a seguir apoyando el ciclismo como industrial y promotor. Tras el éxito del segundo Campeonato Navarro y del Circuito de Pamplona, el 7 de agosto de 1924 sale de Bilbao la primera Vuelta al País Vasco, organizada por el diario Excelsior (en colaboración con UCN), cuyo primer final de etapa es en Iruña. El francés Francis Pelissier se enfunda el maillot rojo. Se suceden nuevas pruebas ciclistas, como la Pamplona-San Sebastián-Pamplona, la Vuelta al Baztán, a la Ulzama, el Circuito de Estella o la Travesía del Pirineo. Nuevamente se menciona a Víctor como organizador, promotor o árbitro jurado de todas ellas.

A medida que el ciclismo gana en popularidad, se suceden las polémicas entre periodistas. Algunas, fruto de la rivalidad y otras de bajas pasiones como la envidia. En abril de 1925, y tras el anuncio de importantes proyectos ciclistas, el periodista Ramón Belaustegigoitia, Irrintzi, acusa en Euzkadi a Pascual de moverse por motivaciones económicas, y Antonio Garriz, Txiri, le defenderá a capa y a espada en el Diario de Navarra. Entre tanto, Pascual traslada de nuevo el local de la Estafeta al Paseo Sarasate, nº 11 (entonces Casa de Baños, hoy el edificio contiguo a Correos).

ACTIVISTA REPUBLICANO

En los albores de la proclamación de la Segunda República, Víctor vive con su mujer Regina y un pariente de ella, Marceliano Huarte, en la Calle Mayor 42, muy cerca de sus cuñadas y respectivas familias. Es ya un convencido republicano, presente en la famosa fotografía del Comité republicano-socialista realizada en el Ayuntamiento de Pamplona el 14 de abril de 1931.

Hay un último cambio de ubicación del negocio. Y también cambios en la publicidad de la empresa: en adelante, los anuncios en el semanario de la UGT, Trabajadores, o en el diario La República, serán mucho más destacados que en el Diario de Navarra.

En septiembre de 1935, el Sporting Club Navarro se traslada a la calle Amaya 7, junto al local del Socorro Rojo Internacional (SRI), en Amaya 9, bajo. El Café-Casino de Unión Republicana se sitúa enfrente, en Amaya 6 (en la actualidad ocupado por unos modernos apartamentos). Más allá, en Bergamín 11, está el Bar Osasuna, sede de la UCN. Todo ello conforma un pequeño espacio urbano deportivo-político en el ensanche moderno de la ciudad. No es de extrañar que por allí asome su sobrino, el joven comunista Luciano Sádaba Urquía, presidente de la Juventud Deportiva, asociación creada para organizar la juventud en el deporte y acudir a las Olimpiadas Populares anunciadas en Barcelona el 19 de julio de 1936, y junto a él compañeros comunistas como Eduardo Maestro, Firpo, secretario del SRI y directivo del Club Natación Pamplona.

El 16 de febrero de 1936, día de elecciones, Víctor es apoderado del Frente Popular en Belaskoain. Le acompaña su amigo y compañero Félix Esparza. Víctor se encuentra un ambiente hostil (insultado y abofeteado) que le obliga a abandonar el pueblo. Llama a la sede de su partido, Izquierda Republicana, pidiendo ayuda. Sus compañeros acuden en su ayuda, pero Félix es asesinado. En el expediente de la causa, sobreseída por la aplicación de la Ley de Amnistía, está el testimonio de Víctor.

Meta en Iruña de la etapa de la Vuelta al País Vasco de 1928 Redacción DNN

LA MUERTE DE VÍCTOR

Tras el golpe del 19 de julio, Víctor ingresa en la cárcel de Pamplona el 8 de septiembre de 1936. No sabemos si había estado yendo a la tienda hasta ese día o se había escondido hasta su detención. Salió de prisión el 16 de noviembre, y días después, el 27, lo asesinaron en el Bosque de Orgi (Ultzama), junto al campo de golf.

Años después, el 4 de enero de 1942, aparecerá un desconcertante y macabro anuncio en el Diario de Navarra: “De la Comisaría se ha enviado a la Alcaldía un carnet a nombre de Víctor Pascual Catalá, con dinero y unos sellos de Correos, que encontraron unos guardias de policía armada en el Mercado de Abastos”. Meses después, el 19 de diciembre, será fusilado su sobrino Luciano en Madrid. Había regresado del exilio en Cuba, clandestinamente, para organizar la resistencia a la dictadura. Fue detenido y condenado a muerte. En prisión, se hizo amigo de Marcos Ana, su última compañía antes de que lo fusilaran.

A Víctor y a su sobrino, Luciano, no les sirvió su afición ciclista para escapar montados en una bici. En una época en la que Mariano Cañardo triunfaba, el ciclista de Olite afincado en Catalunya era tachado de rojo-separatista, y mientras otras personas ligadas al ciclismo navarro, como Pablo González Arregui Cecilio Rodrigo o Manuel Elizalde fueron asesinadas por su condición de rojos o murieron en el frente; al igual que colaboradores como, Fortunato Aguirre, Nicolás Jalle, Maro Castilla, o Natalio Cayuela.

La lista de ciclistas navarros encarcelados es mucho más amplia; Jacinto Meca, Vicente Gracia, Joaquín Martínez, Juan Domenech, Antonio Alves, Agustín Lizoain, Justo Estela, Asterio Fernández, Cruz Zugasti, Juan Arbizu, Jose María Lecumberri, Florentino Guinea, Santiago Sancho, José Janices, Miguel Ruiz, Melchor, Vicente J. Zabala, Juan Bengoechea, Leopoldo Villazan, Sabino Larrainzar, Jose María Izco, Sergio Iribarren o Melchor Vicente. Tuvieron que exiliarse Andrés Urdíroz, Javier y Jose María Alfaro. Algunos como Justiniano Andiarena, León Ganuza, José Irisarri y León fueron a las Olimpiadas Populares que no pudieron celebrarse. Varios republicanos sí que consiguieron huir en bici, tal y como queda reflejado en sus expedientes militares.

Mañana se celebra el Gran Premio Induráin y 90 años después hay preguntas que siguen sin respuesta. Por ejemplo: ¿Fue Saturnino Induráin, vecino de Villava afiliado a UGT, y asesinado por los golpistas, aficionado a la bici?

Posdata: En 2015, Asun Sádaba, vecina de Antsoain de 76 años, supo, por una conversación con unas amigas con las que se juntaba a coser, que su tío Luciano había sido fusilado: su familia le había ocultado la tragedia. Solo recordaba que su madre hablaba de unas cantidades de dinero que pagaba su tío Enrique para salvar a Luciano o que se vestía de mujer para despistar a la Policía. La historia que cuenta Marcos Ana de su tío y Zoila (recién casados) la conmueve. Cuenta que de pequeña visitaba con frecuencia (junto a su madre) a las tías Bárbara y Regina. Siempre creyó que eran solteras, pero ahora sabe que Regina era la viuda de Víctor Pascual.