Con el invierno cada vez más cerca y la bajada de temperaturas cada vez más incipiente, las familias buscan con anhelo la temperatura ideal para estar a gusto en sus hogares a pesar del coste para la propia economía que eso implica. 

Según el último informe publicado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), cada hogar gastará de media unos 750 euros al año en calefacción. Una cifra elevada pero que depende mucho de cada hogar y del sistema de calefacción que se emplee.

Tipos de calefacción

Instalar un sistema de calefacción es la mejor solución para mantener el hogar confortable durante las estaciones más frías. Sin embargo, es cierto que hoy en día existen muchas opciones distintas y puede ser complicado decantarse por una en concreto. En la actualidad, el 60% de las viviendas españolas cuentan con algún sistema de calefacción, siendo los radiadores uno de los más utilizados (48% cuentan con este tipo) aunque existen otros como emisores térmicos, suelos radiantes, bombas de calor, calderas de gas, calderas eléctricas o estufas de leña y chimeneas que también resultan una buena opción. En Navarra, hay una empresa referente en este tipo de calefacción y es Lacunza.

La realidad no es que una opción sea indiscutiblemente mejor que otra, pero sí hay algunas que sean más eficientes.

Por eso, la mejor manera de escoger la opción más adecuada para la vivienda es tener en cuenta factores como la climatología de la zona, los metros cuadrados del inmueble, el tipo de vivienda (unifamiliar o colectiva), la frecuencia de uso, el aislamiento, etc. 

Sin duda, el mercado nos ofrece variedad de sistemas de calefacción eficientes, entendiendo por sistemas eficientes aquellos que nos permiten ahorrar en consumo energético sin renunciar al confort térmico. Para acertar es muy aconsejable dedicar unos minutos a averiguar qué sistema de calefacción es el más indicado. 

Hay que tener en cuenta que el agua caliente y la calefacción suponen las dos terceras partes del consumo de energía doméstico (el resto recae, principalmente, sobre la luz y los electrodomésticos), por lo que una decisión equivocada puede suponer un sobrecoste de más de 650 euros al año, que es la diferencia entre instalar una caldera de condensación con sus correspondientes radiadores de agua o hacerlo con un termo apoyado con radiadores eléctricos en un piso de 90 m2. 

Eléctrica 

Este sistema permite que la vivienda alcance la temperatura adecuada mediante la conexión de un radiador a la red eléctrica de la casa. Estos aparatos pueden ser fijos o móviles; además, este método de calefacción destaca porque su mantenimiento es escaso y los radiadores empiezan a calentar muy rápido. 

Otra de las ventajas que ofrece este tipo de calefacción es que los sistemas que emplean suelen ser bastante sencillos, de modo que no requieren de ningún tipo de obra para su uso e instalación. 

Están formados por resistencias que generan altas temperaturas, y según su funcionamiento, podemos encontrar diferentes tipos, por ejemplo: acumuladores de calor, convectores o radiadores de fluidos. Este tipo de calefacción permite controlar la temperatura de cada habitación donde se ubica y resultan muy cómodos por su practicidad.

De gas 

En la actualidad, las calderas de gas son uno de los sistemas de calefacción para casas más demandados y cómodos. Aunque su instalación sea más compleja, hay que ubicar un circuito de tubos conectados que permitan la circulación del agua. La principal ventaja de este sistema de calefacción es que permite calentar grandes viviendas de forma homogénea, incluso aunque la zona sea muy fría; además, permiten mantener el calor y no resecan el ambiente. Las más recomendables son las calderas de condensación. En caso de necesitar cambiar la caldera por una más nueva o eficiente es mejor acudir a un servicio técnico oficial como Zortziok que se ocupan de instalar, reparar y realizar el mantenimiento de la caldera, calentador o termo.

De gasoil 

Las calderas de gasoil son la alternativa principal a las de gas; estos sistemas de calefacción trabajan con gasóleo y pueden utilizarse para el agua caliente sanitario o para la calefacción de la casa. Este método de calefacción se caracteriza por su gran rendimiento y bajo coste de instalación. El problema es que su combustible tiene un precio más elevado y, al no disponer de suministro en la vivienda, se necesita transportarlo y almacenarlo en la casa. 

Suelo radiante

Dentro de las calderas eléctricas podemos diferenciar aquellas calefacciones que utilizan suelo radiante o radiadores. La ventaja de las primeras es que permiten la expansión del calor a toda la vivienda de forma efectiva. Al estar ubicada en el suelo, el calor se genera de abajo hacia arriba y no genera residuos. Además, es más cómodo y limpio.

Bomba de calor 

La calefacción de bomba de calor transforma, mediante electricidad, el aire frío en calor. Su funcionamiento es parecido al de un aire acondicionado, pero a la inversa. 

Estos sistemas permiten calentar una habitación de forma rápida y su instalación no es muy costosa. La OCU ha calculado el coste anual de calentar una vivienda de 90 metros cuadrados en una región fría y estos dos sistemas han resultado los más eficaces. A pesar del precio de la luz, la Organización estima que puedes gastar con estos sistemas unos 455 euros al año en calefacción.

Además, pueden emplearse en verano para proporcionar aire frío; de esta forma, la vivienda estará a la temperatura ideal todo el año. El principal inconveniente es que no son muy eficientes en lugares muy fríos. 

Estufas de biomasa

Las estufas de biomasa están pensadas para aquellas viviendas que no disponen de suministro de gas natural y desean tener un sistema de calefacción que no genere residuos y, al mismo tiempo, posea un gran poder calorífico. Además, son muy ecológicas puesto que utilizan combustible renovable de origen vegetal o animal; el principal inconveniente es que se necesita disponer de espacio suficiente para almacenar dicho combustible. Con las calderas de biomasa gastarás unos 545 euros al año en calefacción.

En cualquier caso, instalar una caldera es un trabajo que tiene que ser realizado por un profesional. Por lo tanto, siempre es aconsejable consultar con un experto si se tienen dudas para poder realizar una instalación acertada, de forma que se consiga el efecto deseado sin que la factura termine jugando una mala pasada.

Además, en caso de querer realizar un cambio que se adapte a las características de la vivienda podemos contar con empresas como Orleghy Renovables, que han surgido por la creciente demanda que se ha generado en las energías limpias y económicas, como pueden ser las calderas de biomasa, leña y pellet y aerotermia entre otras.