La subida de los tipos de interés están encareciendo sustancialmente la financiación empresarial, el acceso al dinero vía préstamos de los particulares y endureciendo las condiciones de nuestras hipotecas.

En España actualmente ya están en el 3%, siguiendo con la brusca subida que arrancó el pasado mes de julio, cuando los tipos estaban aún en el 0%. Y en marzo podrían subir hasta el 3,5%.

El lado positivo debería ser una mayor remuneración del ahorro más conservador, el que tradicionalmente se deposita en plazos fijos con un vencimiento concreto. Pero las entidades financieras aún no han traslado estas fuertes alzas del precio del dinero a la rentabilidad de sus depósitos a plazo fijo. Ninguna supera la rentabilidad del 1% y las que lo hacen son extranjeras o exigen condiciones como nómina, permanencia o fuertes sumas en depósito.

Con este panorama las Letras del Tesoro se están posicionando como uno de los principales productos para el ahorro conservador, a corto plazo (un año) y prácticamente sin riesgo, salvo que quiebre la economía española, algo a estas alturas impensable.

De hecho hay un furor por estos productos entre particulares que está desbordando las previsiones del Banco de España. No es de extrañar dado el atractivo interés que ofrecen al inversor particular, rozando ya el 3%.

En la última subasta de enero, el interés medio de las letras a doce meses se situó en el 2,98%. A seis meses, la rentabilidad fue del 2,58%, y a tres meses ascendió al 2,18%. La rentabilidad de los bonos a 5 años se situó al 2,66% y las obligaciones a 10 años al 3,30%. 

Los días 7 y 14 de febrero habrá de nuevo subastas y se espera que las letras a un año superen ya la barrera del 3%, confirmándose como una clara alternativa de inversión conservadora y con atractiva rentabilidad.

Para comprar estos productos financieros se puede acudir directamente al Banco de España en Madrid o a otra de sus 15 sedes en España. También por internet, aunque la avalancha de demanda ha boqueado la página de citas para poder comprar letras.

El mínimo de inversión es de 1.000 euros y las cantidades deben ser múltiplos de esa cifra. Además, hay un depósito previo que fija el banco central que es del 101%, lo que significa que si se invierte la cantidad mínima se deben depositar 1.010 euros en la cuenta. En cuanto a las comisiones, son de 1,5 euros por cada mil euros. Es la principal ventaja de tener una cuenta del Banco de España, ya que sus comisiones son más bajas. Como para operar con otros activos, los inversores tienen la opción de darse de alta directamente en el organismo y así evitar intermediarios. La pega es que tienes que realizar tú mismo toda la operativa y exige un mínimo de pericia.

Otra opción para los ahorradores particulares es acudir a las subastas a través de tu banco habitual. Debes de ir a tu sucursal habitual y pedir la compra de los títulos, con la diferencia de que, en este caso, existe una comisión de intermediación, que suele estar entre un 0,2% y un 0,3 % del importe nominal.

En algunos casos las entidades financieras no ofrecen este servicio. Pero ofrecen productos referenciados como fondos de inversión en renta fija. Suelen tener un plazo de un año, año y medio o dos años y actualmente ofrecen una rentabilidad entre 2,1% a 2,3%, aunque hay entidades que podrían incrementarla.

Con este panorama no es de extrañar la fiebre por estos productos. Aunque no compensen la alta inflación, que duplican esta rentabilidad. al menos se aleja de la nula remuneración que hasta ahora tenían los depósitos o cuentas.