Apenas han pasado diez días de agosto y la vendimia de 2022 ya está a las puertas de Navarra. De hecho, algunas bodegas han comenzado ya esta semana las primeras pruebas, pero no será hasta el martes 16 de agosto cuando, si nada se tuerce, comiencen a recoger un fruto que este año ha madurado antes que nunca. El intenso, continuo y excepcional calor, así como a la no menos extraordinaria ausencia de precipitaciones, marcan una campaña que seguramente deje unos volúmenes inferiores a la media.

La Denominación de Origen Navarra suele ser la encargada de anunciar el inicio de la vendimia en la Comunidad Foral. Y lo hace cuando al menos dos bodegas adscritas se encuentran ya en plena faena. Esto sucederá seguramente el martes o miércoles próximo (16 o 17 de agosto). “Hasta ahora la más temprana desde que tenemos registros fue la de 2020, cuando la anunciamos el 20 de agosto”, explica Elena Arraiza, gerente de la DO Navarra, que ampara a 85 bodegas y cerca de 2.000 viticultores que trabajan una superficie de 10.000 hectáreas de viñedo. “Ahora mismo el estado de las uvas es en general una maravilla”, resume. 

"Las viñas ya venían con adelanto antes del verano. De hecho, con mucho calor se paran”

Daniel Andión - Coordinador de asesoramiento agrícola de Intia

Las altas temperaturas y la ausencia de lluvias se han combinado así para evitar enfermedades. Pero han obligado a extremar el cuidado de los viticultores, sobre todo el de aquellos que trabajan en secano. Viña Zorzal es parte de la DO Navarra y es una de esas marcas que trata de hacer algo diferente con la materia prima de siempre y con una apuesta firme por la garnacha, quizá la más navarra de las variedades. “Está siendo un año muy complicado”, explica Xabier Sanz, que dirige junto a sus hermanos la bodega familiar y que explica que a mediados de la próxima semana comenzarán a recoger las primeras uvas de variedad tempranillo. “El adelanto respecto a otros años es general en toda la península”, dice.

Daniel Andión es el coordinador de asesoramiento agrícola de Intia. En las últimas semanas ha visitado diferentes parcelas para comprobar el estado de las uvas y confirma el adelanto. “Es difícil dar una cifra, porque cada vez se trabaja de forma más específica, analizando cada parcela, pero está claro que hay un cierto adelanto”, dice Andión, quien vaticina un año quizá con menos kilos de uva recogidos, pero un muy buen estado enológico, que debería facilitar vinos de mayor calidad. “El grano es algo más pequeño. Y en un kilo de uva de grano más pequeño hay más piel, que es donde residen las mejores propiedades de la uva, que en un kilo de uva de grano grande”, dice. 

Calor en el hemisferio norte Las bodegas miran estos días a las viñas, pero no pierden de vista el mercado, que desde 2019 afronta una convulsión tras otra. La pandemia secó una parte de las exportaciones, que se han encontrado ahora con el trastorno de una guerra que no ayuda a nadie, pero que afecta más a unos que otros. “Nosotros vendíamos tanto en Rusia como en Ucrania”, explican desde Viña Zorzal, que apuntan también a veranos muy calurosos como enemigos de las variedades tintas. “Influye, por supuesto, se venden mejor los productos más frescos. El verano, además, no solo ha sido cálido en España, también en Europa y EEUU”

Con 59,7 millones de kilos de uva recogidos, la vendimia de 2021 ya rebajó en un 20% la producción de 2020, que resultó especialmente generosa. La DO tardará todavía unos días en efectuar sus previsiones

Menos uva, de muy buena calidad y algo más adelantada, pero no tanto por el fuerte calor del verano, sino por unas temperaturas más elevadas que la media prácticamente desde comienzos de la primavera. “La vid, como las personas, se frena cuando hace mucho calor. A partir de 35 grados no trabaja. Pero brota cuando tiene temperatura suficiente en el suelo. Así que hemos llegado a tener un adelanto de 15 días que se ha reducido seguramente por las olas de calor”.

Que el suelo es determinante para cualquier cultivo, y también para la vid, lo sabe Eider Rodríguez, enóloga de Inurrieta, una de las bodegas que más vende en Navarra. “Las inundaciones de diciembre nos dejaron mucha humedad en el suelo”, explica la enóloga de una bodega que controla además la humedad mediante un sistema de regadío que le permite estabilizar producciones. El martes empezará a recoger sauvignon blanc. “La más temprana de los últimos años”, dice.