Zuhaitz Gurrutxaga llegó a cumplir uno de sus grandes sueños, convertirse en futbolista de Primera División, sin embargo, la experiencia en la categoría máxima del deporte rey no fue, ni de lejos, como él se la había imaginado

El exjugador se ha sincerado sobre la enfermedad mental que sufrió al mismo tiempo que triunfaba en las filas de la Real Sociedad, y que terminó haciendo insostenible la situación. 

Cuando comenzó a destacar como defensa central del equipo ‘txuri-urdin’, empezó a desarrollar un pánico irracional por las multitudes y las cámaras, y los pensamientos intrusivos no tardaron en llegar. 

Gurrutxaga ha desvelado que tenía tanto miedo a fallar que se inventaba lesiones, y evitaba cualquier tipo de contacto físico con el resto de jugadores en el campo, debido a que temía contagiarse de cualquier enfermedad a través de sudor, un miedo que, puesto que jugaba como defensa central y debía marcar a un delantero del equipo rival, influía mucho en su buen hacer dentro del campo. 

Su obsesión también lo obligaba a seguir rituales absurdos como lavarse las manos compulsivamente o comprobar de manera repetitiva si había dejado todo apagado dentro de casa, lo que terminó haciendo insostenible la situación e impidiendo que disfrutara de su sueño, por lo que decidió retirarse. 

ZUHAITZ GURRUTXAGA SE SINCERA SOBRE EL TOC QUE SUFRIÓ 

Ahora, el exfutbolista ha hablado sobre el TOC que sufrió en el programa de Antena 3, ‘Y ahora Sonsoles’, en el que ha contado su dura experiencia y ha desvelado como consiguió superar su enfermedad mental. 

"Alguien que sepa del TOC sabrá que hay unos TOC de manual y uno de ellos es el miedo a contaminarte con tocar cosas o personas. Yo era futbolista de Primera División, era central, tenía que marcar a un delantero centro del otro equipo y me acercaba, pero no demasiado, para no contaminarme de su sudor", comenzaba contando Gurrutxaga en el espacio de Antena 3. 

"Si ya cuesta jugar bien sin problemas, imagínate así", destacaba, y añadía que durante mucho tiempo no le contó a nadie lo que le estaba ocurriendo. 

"Nadia sabía nada. Por desgracia, lo escondí demasiado bien durante demasiado tiempo", contaba Zuhaitz, que reconocía que las obsesiones que sufría le hacían seguir rituales que ahora sabe que son totalmente irracionales. 

"Gastaba casi dos botes de champú y gel en cada ducha después del entrenamiento", ha revelado, y si jugaba un partido "tenía que cruzar todas las líneas con el pie derecho", además de comprobar que había colocado "las zapatillas milimétricamente simétricas" antes de cada entrenamiento, para controlar la ansiedad que sufría. 

Gurrutxaga también contó que su obsesión no se limitaba a su trabajo, sino que también aparecía cuando estaba en casa "todo lo comprobaba cinco veces, no tiene sentido que fuera cinco, pero creo que era porque en ese momento llevaba el número 5 en la camiseta de la Real Sociedad", y tiraba de humor añadía que "siempre pudo ser peor, porque en otras temporadas llevé el número 23".

Actualmente, el ex de la Real ya está totalmente recuperado tal y como demostró durante su visita a ‘Y ahora Sonsoles’, donde no tuvo problema en saludar a la presentadora con dos besos. 

"Estoy curado. Me puedes besar", aseguraba entre risas y contaba que "me he curado pidiendo ayuda. Primero yendo al psicólogo, luego con tratamiento y a mí me ha salvado el humor. Yo dejé el fútbol y empecé a hacer monólogos cómicos en los que hablaba de mis sufrimientos como futbolista profesional y sobre mis problemas de salud mental de entonces. Eso me ayudó a coger distancia y a relativizar", aseguraba.