Nieto del campechano y cuarto en la línea de sucesión borbónica: Mire que llegaban reportes de Abu Dhabi que señalaban que, a la sombra de su yayo, y como aplicado becario de una petrolera de mucho postín, había empezado a sentar la cabeza.

Pero la cabra tira al monte, y de regreso a los barrios nobles de Madrid, ha vuelto a las andadas. Lo penúltimo ha sido la celebración por todo lo alto de su 25 cumpleaños en el Barrio Rojo de Ámsterdam, que debe su celebridad a la amplia oferta de prostitución y drogas. Iba en compañía de su cuadrilla, compuesta totalmente por hombres y, según cuentan las crónicas, gracias a un pacto de caballeros (ejem) se evitó que rularan las fotos comprometedoras. A lo mejor es que algo sí ha aprendido.