Los laboristas británicos colocan los derechos de los trabajadores y la vivienda asequible y social como el eje de su plan de gobierno si vencen en las próximas elecciones generales, según anunció ayer su “número dos”, Angela Rayner.

Rayner intervino en la apertura del congreso anual del Partido Laborista, que se celebra hasta el miércoles en Liverpool y en el que se espera que la formación opositora se presente como la alternativa real a los tories del primer ministro Rishi Sunak.

El discurso de la vicelíder laborista, muy aplaudido por los militantes, se centró en prometer “trabajo digno, vivienda segura y comunidades fuertes” a los británicos, abandonados –a su juicio– por la inacción de 13 años de Gobiernos conservadores.

Adelantó que en sus cien primeros días, un Ejecutivo laborista legislará para “devolver a los trabajadores sus derechos”, y que del mismo modo actuará contra los contratos precarios y reforzará el papel de los sindicatos.

Según Rayner, el congreso de Liverpool es un “momento crucial” para su partido, pues podría ser el último que se celebre antes de las elecciones previstas para el año que viene, en las que todas las encuestas otorgan una abrumadora ventaja, superior incluso a los 20 puntos, a los laboristas.

Rayner, representante del ala izquierda de la formación, puso su propia experiencia como ejemplo de la importancia que las políticas públicas pueden tener sobre las vidas de los británicos.

“Un gobierno laborista me llevó de una vivienda de protección oficial al Parlamento”, proclamó, antes de asegurar que darán “el mayor impulso a la vivienda asequible y social en una generación”. Tildó de “medieval” el sistema de propiedad del suelo en el Reino Unido, donde la mayor parte del terreno sobre el que se edifican las casas está en manos de unos pocos terratenientes.