"Hay que quitar el mito de que tocar una seta tóxica te puede matar”. En ciertos casos, la única manera de diferenciar entre una especie de seta y otra, más que por el aspecto físico, puede ser probando un trozo. No comiéndolo, sencillamente chupándolo un poco y viendo qué sabor tiene.

El responsable del Parque Micológico de Ultzama, Javier Gómez Urrutia, comenta cómo “Cosas tan particulares como el sabor a harina o que pique, pueden ser indicativos de una especie u otra. Hay que quitar el mito de que si toco una seta tóxica me muero. En los cursos de micología animamos a la gente a que las pruebe, sin miedo. Algunos se quedan asustadas, pero hay que hacerlo, dan mucha información. Si es verdad que si estás con niños pequeños hay que tener cuidado, no sea que luego se la coman de verdad. Que no es el plan. La idea es probar y escupir”.

“Algunas personas se quedan asustadas, pero hay que hacerlo, da mucha información”

Javier Gómez Urrutia - Responsable del Parque Micológico de Ultzama

Ahora bien, en caso de que los montañeros no se atrevan a probar las setas, también disponen del servicio del parque para que revisen sus cestas. 

“Estamos a su servicio para consultoría, después de ir al monte, si tienen cualquier duda, vienen aquí porque está el servicio. La gente que va a por boletus, no viene aquí porque es una especie muy fácil y no hay riesgo de confusión. Pero si coges otras especies, como los boletus erythropus, hay que tener más cuidado. En general, o te lo sabes muy bien, o pasas por aquí. Hay bastantes setas tóxicas y lo avisamos en el parte.  Ayer por ejemplo quitamos amanitas pantherinas, que nos las trajeron para consultar sin saber que eran tóxicas. Pero para eso estamos, para que nos pregunten y ayudar en lo posible”, afirma Gómez. 

Más extranjeros

El perfil más habitual para ir a buscar setas sea el de habitantes de Navarra o País Vasco, aunque últimamente está surgiendo un nuevo perfil extranjero que viene por primera vez porque no hay parques en su comunidad autónoma, como es el caso de la Rioja.

Como consecuencia, parte de la economía de la zona circula alrededor de las setas: restaurantes, bares y albergues se ponen a disposición de los recolectores. Como es el caso de una mujer que ha venido desde Orio a recoger setas por su cuenta, aunque hay personas que vienen de lugares más lejanos. Y en estos casos, vienen por días.

Por eso, en este puente de Todos los Santos, muchos aprovechan para ir a por setas durante estos días, hospedándose en los albergues locales. Así lo afirma Javier, “está surgiendo otro perfil de gente, que son turistas que vienen de fuera de Navarra, como de Valencia, Barcelona o Madrid. Nos han venido unos cuantos, de Burgos o la Rioja”. 

El plan de ir a por setas está cogiendo más fuerza que nunca.