Dentro del programa Escuelas solidarias, el alumno de 4º de Secundaria del IES Altsasu participó el miércoles en un encuentro con tres representantes de la central de mujeres campesinas indígenas originarias productoras de la provincia Obispo Santistevan Bartolina Sisa; una sesión de trabajo en la que pudieron conocer de primera mano el trabajo de estas mujeres a favor de la igualdad, en contra de la violencia o para lograr la autonomía económica y fomentar el emprendimiento entre otras cuestiones. 

Son mujeres que sufren una cuádruple opresión, por ser mujeres, indígenas, pobres y migrantes. Y es que buena parte proceden de regiones del occidente del país, según explicaron Marcia Gonzales, Eduarda Carrillo y Salomé Mendoza, que visitan estos días Navarra de la mano de la Fundación Paz y Solidaridad de Navarra , que les acompañan en su lucha por la igualdad desde 2018, creando y financiando proyectos a través del Gobierno de Navarra.

Esta organización social de largo nombre, más conocida como las bartolinas, se creó en 1980 con el objetivo de defender los derechos de las mujeres y su participación en la gestión pública . En la actualidad son más de 70.000. Toman su nombre de Bartolina Sisa Vargas, una heroína aymara de fines del siglo XVIII que luchó contra el sistema colonial. Fue asesinada el 5 de septiembre de 1782, fecha en la que se conmemora el Día Internacional de la Mujer Indígena.  

De cara a su empoderamiento , se trabaja en diferentes ámbitos, sobre todo la autoestima y los derechos sexuales y reproductivos, junto a otros formativos para la capacitación en un oficio, según explicaron. Asimismo, gestionan ayudas económicas para que puedan emprender. “Solo el 20% de la población activa es asalariada. El resto trabaja por cuenta propia en la agricultura, comercio y servicios principalmente. No tienen seguridad social ni jubilación”, señaló Gonzales, coordinadora en el departamento de Santa Cruz. 

Siete de cada diez mujeres de Bolivia sufren violencia de género en algún momento de sus vidas, según apuntó Gonzales. “En 2008 se realizó un primer diagnóstico en Santa Cruz, que reproducía los datos nacionales a nivel local pero ahora se ha pasado a tres de cada diez. En quince años se ha podido romper el círculo de la violencia pero es un proceso que no es fácil”, apuntó. Asimismo, destacó la elevada de tasa de madres adolescentes, la mayoría madres solteras, a pesar de que el estupro tiene pena de cárcel en Bolivia, y que hay “muchas historia de violencia sexual en su entorno más próximo”. Por ello, incidió en la importancia de la “despatriarcalización”, la subversión del orden patriarcal, asentado en las estructuras familiares, comunales y estatales. 

 “Tenemos el deber de salir adelante como mujeres y podemos. También en lo político. No es fácil pero nada es imposible”, dijeron Carrillo e Mendoza, que insistieron en la importancia de la igualdad de derechos y la educación a la juventud. También hablaron de que son mujeres que realizan triple jornada, es decir, en casa, en un trabajo remunerado y luego como dirigentes bartolinas. Y es que, como señalaron, tiene que haber mujeres al frente de esta lucha, que salgan del “suelo pegajoso” que no les deja avanzar. 

Marcia Gonzales, Eduarda Carrillo y Salomé Mendoza con una wiphala. N.M.

Por otro lado, explicaron que trabajan en tres ámbitos: “con nosotras mismas, entre nosotras y con la madre tierra”. Al respecto, mostraron su apuesta por la agricultura orgánica, que choca con el cultivo de soja y maíz transgénico principalmente. “El 70% de la propiedad de la tierra está en mano de terratenientes, sobre todo extranjeros, que fumigan sus campos y dificultan el cultivo orgánico. Además, hay mucha sequía. Por ello, son muy interesantes los proyectos hidropónicos en invernaderos”, apuntó Gonzales. También respondieron a preguntas sobre la presencia de las lenguas indígenas en el sistema educativo, la alimentación o que significa cada color de la bandera wiphala.

Este encuentro se enmarca en el programa de Escuelas Solidarias y tendrá una segunda parte en enero, con una video conferencia del alumno de Sakana y de Bolivia para intercambiar experiencias. “Se trabaja la educación para el desarrollo y Agenda 2030, a través de la organización de diferentes actividades para fomentar la interculturalidad, la inclusión, y la implicación de la comunidad en contextos de comunicación inclusivos”, explicó Uxua Azpiroz, coordinadora de este programa  liderado por el departamento de Filosofía, con la implicación de los de Lenguas Extranjeras, Plástica y Ciencias Sociales. Con el alumno de primero de ESO este curso se trabaja la interculturalidad. En segundo son las migraciones, en tercero el pensamiento crítico y en cuarto el ecofeminismo y la movilidad sostenible; con metodología activa.