A los pies de Malloak, en un entorno en el que parece que se ha detenido el tiempo, ha abierto sus puertas Sortetxea, el espacio de encuentro y movimiento que ha puesto en marcha Oskar Estanga Ezkurdia (Gaintza, 1978). Y es que el establo y los almacenes de hierba y fiemo del caserío familiar se han reconvertido en un luminoso lugar con vistas al Balerdi para albergar estancias con diferentes actividades relacionadas con el desarrollo personal. “Son espacios cuidados para las relaciones con las personas y para la continua creación que somos”, explica su promotor, una persona a la que cuesta clasificar. “Comencé a desarrollar mi pronta afición artística como bertsolari. Tras ir a estudiar a Pamplona, comencé a tocar la guitarra. El gaztetxe Gabari fue mi universidad”, cuenta. Diplomando en Magisterio, cantautor, DJ, monitor de batukada, creador, actor… Lo cierto es que siempre ha trabajado en el ámbito de las relaciones humanas por medio de la música y quiere seguir por ahí. 

“Llevaba tiempo dedicándome a la danza libre y a generar espacios de encuentro entre personas, sin sustancias; un trabajo en el que me encontraba bien. Después de la pandemia me dijeron en casa si quería hacer algo con el espacio que antes ocupaban las vacas. Les propuse la idea y ante mi sorpresa, dijeron que sí. El apoyo de la familia ha sido brutal. Sin su ayuda no hubiera sido posible”, destaca.

Así, ha hecho suyo el lema Araitzen bizi eta lan, y ha vuelto a su pueblo, un medio rural del que en un tiempo quiso huir. “Tenía la sensación de que eran espacios duros, sobre todo para la juventud. El alcohol y las sustancias generan encuentros sin mucha escucha. Son lugares de exaltación, de violencia a veces, con horarios hasta la madrugada en los que no me sentía gusto. Las resacas eran tremendas, tanto en lo físico como en lo emocional”, recuerda. Así, con veinte y pico tomó la decisión de que tenía que salir de aquellas rutinas. Y en esta búsqueda, en 2011 se encontró con la danza libre. “Descubrí que podía relacionarme conmigo mismo y con otras personas estando sereno, bien dormido, bien comido y duchado, a través de la música y el baile. Esa sensación de confianza emocional era lo que buscaba”, cuenta. 

Oskar Estanga en el exterior de Sortetxea. N.M.

De esta manera ha encontrado sentido a volver a Gaintza. “La vida en los pueblos va muy ligada a la tierra y al trabajo manual. Si no, te ves desangelado porque no interactúas. He visto mundo y vuelto. Sortetxea me da la posibilidad de que tenga un sentido vivir aquí. También quiero pensar que es una aportación a la zona. Me obliga a cuidar del medio, genera actividad económica y vida en el pueblo con gente amable”, apunta, al tiempo que incide en la importancia de que no haya sustancias de por medio.

Sortetxea, que se podría traducir por casa natal y también sugiere lugar de creación, busca ser el origen de nuevas dinámicas, de escucha emocional a través del movimiento, de bailar solo o en compañía “con prácticas que tienen que ver con el desarrollo personal y autoconocimiento, de conexión con tu movimiento interno, del movimiento que somos”.

Desde Sortetxea hay unas vistas privilegiadas de Malloak. N.M.

Para ello, Oskar Estanga propone fines de semana en pensión completa para desarrollar movimiento y bienestar, una actividad a la que denomina Garen mugimendua, que guía a través de diferentes dinámicas como río abierto, contact improvisación y ecstatic dance así como cantos y masajes para que en grupo, “cada una pueda hacer el viaje de movimiento que necesite, siempre buscando el bienestar. Son las herramientas, para que en convivencia y cuidando la alimentación, pasar un hermoso fin de semana afinando el movimiento que somos. De vez en cuando puede haber facilitadoras invitadas. Y en vacaciones habrá propuestas especiales de más días”, avanza. 

Al respecto, explica que las sesiones de río abierto son eventos guiados para explorar el cuerpo físico pero también emocional y energético, sin entrar en juicios. En cuanto a contact dance, indica que es una forma de danza que se nutre de las artes marciales y la danza contemporánea, y que permite que dos o más personas realicen un diálogo corporal espontáneo. “Se practica en espacios abiertos, en jam session, y se trabaja la escucha, la masa, la inercia, la atención, la relación con los demás... El enfoque es totalmente físico y el tema de la atención es maravilloso. Da opción de improvisar y relacionarte”, apunta.

Ecstatic dance es la manera en la que ha reciclado su faceta de DJ. “Cuando pinchaba no podía poner la música que me gusta. Ahora sí, para disfrutar sin palabras, sin sustancias… Está inspirada en una secuencia que se llama los cinco ritmos, junto con música de la India, los Andes, DJs de moda, house... un viaje completo en el que pueda conectar con mi parte animal, mi parte emocional, y mística. Es la música de las nueva tribus”, cuenta. 

Sortexea también ofrece la opción de alquilar la casa para otras actividades. De hecho, para comenzar el año hay organizado un retiro exclusivo para mujeres para reconectar a través de diferentes actividades. 

Comedor de Sortetxea, con capacidad para 22 personas. N.M.

La casa cuenta con una gran sala de 85 metros cuadrados con calefacción radiante y equipo de sonido. Se completa con habitaciones en diferentes formatos para hospedar a 22 personas además de comedor y cocina comunitarios, donde se ofrece alimentación vegetariana, en la medida de lo posible ecológica y Km 0. “La intención es que sea un espacio libre de juicios, ni hacia nosotras mismas ni hacia las demás, para que cada una se pueda mover como necesite y encontrar el movimiento que nos haga bien”, dice. Más información en www.sortetxea.eus.