Las de Eulogio Mateo, de Cárcar, no defraudaron y protagonizaron un sexto encierro vibrante y muy, muy rápido, el más veloz hasta el momento puesto que las 10 vacas apenas tardaron en completar el recorrido 50 segundos, y hubo múltiples caídas en el tramo final debido a la endiablada velocidad que marcó la vaca nº 704, ‘Segadora’, que rompió por completo la carrera. De hecho uno de los mozos fue arrollado en la cuesta y tuvo que ser trasladado en camilla hasta el puesto de socorro donde, tras ser examinado por el médico, se marchó a casa por su propio pie. LA DYA, además, informó Adriana Autor, atendió a otros siete varones con heridas leves y, en el caso de ayer, y como anécdota, desveló que tuvieron que hacer numerosas curas por picaduras de avispa.

Las fiestas y el paso de los días parece que no pesan y ayer, una vez más, las laderas falcesinas lucieron llenas de espectadores que, desde las 8.00 horas, fueron poco a poco escalando y tomando posición. A las 9.00 horas en punto, y tras el segundo cohete de rigor, Mateo azuzó a sus animales desde el corral y apenas 20 segundos después ya se vio a los primeros mozos correr por la parte alta del sendero. 

La llegada a la Fuente de los Pajaricos cuando no habían pasado ni 30 segundos ya hizo prever que la manada llevaba una velocidad endiablada, y así lo confirmó la nº 704 que tomó las últimas curvas y enfiló la cuesta por delante del resto de animales llevándose con ella a todos los que intentaron correr algún metro por delante. “Es una vaca muy delantera, que siempre despunta cuando va en manada y con mucha vela como se suele decir; la he elegido para que abra la manada y que así no haya problemas porque en cuanto una va delante y tira de las demás es complicado que se despisten y no las sigan. La idea era que no se escapasen. Sé que a la gente le da mucho gusto que se vayan o se tiren pero para nosotros, como ganaderos, es una faena en las fechas en las que estamos por lo que conlleva andar buscándolas y demás”, comentaba el ganadero carcarés. “Han bajado rápidas y no se han escapado, que es lo principal”, reiteraba.

De las 10 reses, dos eran nuevas y el resto ya habían corrido en el Pilón; “eran todas parecidas, cárdenas y salineras, y una joven colorada. He buscado que tengan aguante y fuerza para que en la subida lleguen sin problemas y para que la bajada la hagan del tirón”. De hecho, en el encierrillo, explicaba Eulogio, “las he arreado desde abajo y luego han subido solas. Estamos en las mismas, estaba la vaca delantera, la misma que ha lanzado luego la carrera, y las ha guiado”.

Por otro lado para la prueba de ganado presentó dos relevos con dos vacas veteranas y dos más fuertes. “Lo ideal es sacar una vaca más independiente, que sabes que se va a soltar, con otra que tenga más fijeza. Acertar queremos, pero otra cosa es lo que sale”.

15º aniversario La ganadería de Eulogio Mateo lleva 15 años participando en el Pilón, tal y como desvelaba ayer, y aseguraba que “es un pueblo con un encierro peculiar y un ambiente especial que no se da en otros sitios”. Además, y en cuanto a la idea de seguir sumando carreras en la localidad ribera afirmaba que “llevamos muchos años viniendo, hay amistad con los concejales, con la gente del pueblo, pero todo el mundo tiene derecho a venir y a cambiar. Además, hay 3 ganaderos en el pueblo y también se los pueden repartir. Venir a Falces siempre es un aliciente y un orgullo como ganadero pero no depende de mí lo de volver o no”.

De momento, de sus 15 años en el Pilón se queda con dos carreras: “Recuerdo un encierro en el que se volvieron todas las vacas en la Fuente de los Pajaricos y de ahí se echaron tres al barranco, y otras al corral; fue algo escandaloso, y después está el primer año que viene, el del debut, que se escaparon 6 vacas al monte. Ahora llevamos ya unos cuantos años que suben y que bajan bien, que se pueden hacer carreras bonitas y que no hay mayores incidentes para evitar trabajos añadidos”, concluía.