Tafalla amanecía este domingo con los rastros de guerra de la noche del sábado. Cuadrillas vestidas de negro y botellones improvisados se mezclaron con la vorágine festiva tafallesa. Incluso bien entrada la mañana dominguera se podían ver deambuladores de la noche que no querían irse a dormir. Nada nuevo bajo el sol.

Sin embargo, lo reseñable de la mañana fueron los tres actos principales que dieron el toque musical matutino al denominado día del Euskera: El LII Gran Alarde de Txistularis, la despedida y bautizo de la Comparsa de Gigantes, Kilikis y Cabezudos y la kalejira del Tafalla Kantuz. Este último coincidió además a la altura de la Casa de Cultura con la comparsa de gigantes, “que bailó el Ixil ixilik dago de una forma muy bonita y coordinada”, explicaba Ángel Iriso, vecino de la localidad.

Culto al txistu

El LII Gran Alarde de Txistularis comenzó a la 13.00 con una gran expectación y la notable presencia del gran astro, conocido popularmente como Lorenzo, que ha sido el encargado de hacernos sudar de lo lindo durante todas las fiestas.

Bajo la batuta, por primera vez, de Beñat Alcuaz Andueza y presentado por Aritz Agirre Escribano, el Alarde deleitó con un variado repertorio donde el txistu fue el indudable protagonista, a pesar de que estuvo acompañado por el quinteto metal Iruñako boskotea, Uxue Garín al teclado, Naroa Sanmiguel al acordeón, Jorge Sanchez a la guitarra, Joel Mariel al bajo y la cantante y guitarrista Haizea Armendáriz. Participaron txistularis tafalleses acompañados de fichajes venidos de toda Euskal Herria, y como es ya habitual, Tafallako Dantza Taldea ocupo la pista de baile durante algunas piezas.

A composiciones más tradicionales como el Zortziko Bi, la Biribilketa Iruñatarra, la mística canción que recuerda a las cascadas zuberotarras Kakuetako Ohiartzunak o el Arin Arin, les acompañaron adaptaciones más modernas como Irulegiko Esku de Bulego o Musturrek Satunde de Gatibu. El colofón vino con la Pilindros, tan estimada en Tafalla, junto al Gernikako Arbola y el Agur Jaunak.

52 edicion del Alarde de Txistularis en Tafalla

52 edicion del Alarde de Txistularis en Tafalla Saioa Martínez

‘Gernikako arbola’ y la Gamazada

Como curiosidad entorno al Gernikako, cabe reseñar que este año hace 130 de la famosa Gamazada, movilización que realizó el pueblo navarro al intentar, el entonces ministro de Hacienda Germán Gamazo, suprimir régimen fiscal foral de Navarra. Durante esta movilización en Tafalla se cantó el Gernikako Arbola en castellano en la misma Placeta de los Fueros donde se celebró el Alarde. Como homenaje, 130 años después la placeta entera se puso en pie para corear el tradicional himno vasco-navarro, en euskera primero y en castellano después.

El txistu, gran protagonista del Alarde.

Los gigantes tienen nombre

A la vez que los txistus sonaban en las Pulgas, en la Plaza de Navarra tenía lugar el final de la última salida festiva de los Gigantes de Tafalla. Estos tuvieron un día histórico, ya que fueron bautizados con los nombres que los acompañarán de aquí a la eternidad. Tal y como nos explicó Amaia Galar, presentadora del acto, “el darles nombre era una manera de acercar a los gigantes a la ciudadanía tafallesa, por lo que la comparsa decidió hacerlo de forma especial el último día de fiestas”. Previamente se animó a la ciudadanía a aportar sus ideas para bautizar a cada una de las 6 figuras, y entre las proposiciones, la comparsa ha escogido las definitivas. De ahora en adelante el rey será Sebastián, como el patrón de Tafalla; la reina Asunción, en honor a la virgen; el chino Xuxu; la china Xía; el negro Bongani y la negra Zuna.

En la presentación participaron los colegios tafalleses y diferentes colectivos culturales de la ciudad. Como de costumbre, al compás de la “Alemana” los gigantes ofrecieron su último baile con los chupetes de sus “fans” atados a la muñeca y para terminar, la comparsa repartió balones desde el balcón de la casa consistorial.

Al mediodía se celebró en el Ereta la comida popular del Día del Euskera, tras la cual el Kantuz volvió a tomar las calles de la villa. Al mismo tiempo, los bailables de Patxi eta konpainia hicieron bailar a un gran número de personas congregadas en la plaza. La última ronda de las peñas, todas juntas, y el último torico de fuego, fueron algunos de los tradicionales actos finales celebrados antes de que a medianoche se prendiera el cohete que puso fin a las fiestas. Tafalla se despide así de su semana grande, con la pena de que terminan, pero con la alegría de que ya falta menos para las del año que viene. ¡Viva Tafalla! Gora Tafalla!