La etxalartarra Juanita Sanzberro Arburua falleció a los 91 años en Eagle, Idaho, en los Estados Unidos, en paz y acompañada por su familia el pasado 29 de enero, después de librar una larga batalla contra el cáncer. Había nacido el 7 de septiembre de 1932 en Etxalar, hija de Eugenio Sanzberro y María Presentación Arburua, y hermana de Justo, Rosa y María Prudencia.

En 1951, conoció y se enamoró de su futuro marido, Agustín Andueza, que se disponía a emigrar a Estados Unidos. Siete años después, Agustín regresó y se comprometieron y en 1961, después de otro viaje a América para cumplir con los requisitos de inmigración, volvió para casarse con Juanita el 7 de septiembre de 1961, precisamente el día en el que ella cumplía 29 años.

En 1962, nació su primer hijo, Eugenio Geno y al año siguiente, su hija Ana Isabel, los dos en San Sebastián. En 1967, marchó con Agustín a los Estados Unidos con sus dos hijos pequeños, y se trasladó a Burns, en el condado de Harney, en Oregon, sin saber ni pizca de inglés, aunque inmediatamente se enamoró de la localidad y de su gente, y de su amable acogida y en 1968 nació su hija Rosa Rosie en Boise, en el estado de Idaho.

Para 1974, Juanita hablaba inglés con fluidez y creó su propio negocio de limpieza para varias empresas locales y muchos particulares, mientras inculcaba a sus hijos una firme ética de trabajo enseñándoles el valor de un dólar ganado con su propio esfuerzo. Y asimismo, les inculcó el amor por el estudio y la cultura para que disfrutaran de la educación que ella no pudo tener en su juventud en Etxalar, su gran decepción ya que no pudo pasar de Primaria.

A pesar de todo, fue una aprendiz de por vida, en clases privadas de inglés con los profesores de secundaria, visitas continuas a la biblioteca y con muchas horas de canales de historia en la televisión pública, haciendo preguntas y siempre aprendiendo. Le gustaba viajar y volvió muchas veces a Euskal Herria, procurando que sus hijos conocieran la cultura vasca y sus raíces familiares, asistió a festivales vascos en todo el oeste de los Estados Unidos y pasó muchos veranos de vacaciones con su familia en California.

Juanita era muy activa en la comunidad vasca y conocida en todo el condado de Harney por su talento como costurera, jardinera y elaboradora de conservas, logrando muchos premios en la Feria Rural y siempre dispuesta a ayudar sin esperar nada a cambio. Gracias a ella, muchas personas aprendieron a tejer, a cultivar un huerto, a enlatar verduras y a hablar algunas palabras de euskera y español, le encantaba pasear por el monte con su familia y pescar en Emigrant Creek, y freír truchas en aceite de oliva, encantada de ser abuela y recibir a sus hijos y nietos. Una auténtica etxekoandre bidasotarra.

Había perdido a su esposo Agustín en 2013, también a sus padres, su hermano Justo y su hermana Prudencia, que murió en la infancia. Le sobreviven sus hijos Geno (en Burns, Oregon), Ana (en Portland, Oregon) y Rosie (en Eagle, Idaho), y sus nietos Oyana, Maya, Sebastian y Olivia. En lugar de flores, su familia solicitó donaciones en su nombre a Médicos Sin Fronteras, y al pueblo de Ucrania. Su funeral se oficiará hoy viernes, en la iglesia católica de la Sagrada Familia, en el condado de Burns donde residía. Goian bego.