Dicen que en el ADN de Don Pelayo, ese rey astur cortacabezas de islámicos en nombre del único Dios verdadero, se han encontrado genes del cerebro de Feijó. Ocurrió el otro día, cuando el sucesor atópico de Rajoy se sobró diciendo, a raíz del atentado de Algeciras, que: “desde hace muchos siglos, no verá usted a un católico o a un cristiano matar en nombre de su religión” . Vale chaval, deberías tirar de hemeroteca y aprender un poco de historia.

Te cuento: en 2011 Anders Breivik , un noruego ultra católico que se creía un caballero templario, asesinó a 77 jóvenes de las juventudes socialdemócratas en la Isla de Utoya. Antes había escrito un manifiesto defendiendo la expulsión de los musulmanes de Europa. Más, desde los años 80, el “Army of God” (ejército de Dios) ha asesinado y secuestrado a numerosos médicos abortistas. Esa banda se cree en el derecho de matar a todo dios que vaya contra de la voluntad de Dios. Joice Carol Oates lo cuenta en Un libro de mártires americanos. Más, en 1996, en los JJOO de Atlanta, Eric Rudolph, un supremacista cristiano, mató a una mujer. Después puso bombas en locales LGTBI y clínicas abortistas alegando que el dios de don Pelayo no comulgaba con todo este multiculturalismo. Más. En Uganda, desde 1986 Joseph Kony, del “Ejército de Resistencia del Señor”, quiere imponer a golpe de machete y secuestro de niños soldados, el Antiguo Testamento en África Oriental.

¿ Y Feijó no sabe nada de esto? No sabemos si lo obvia por ignorancia o por prevaricación mental. O porque es poca cosa y queda lejos. No sé, igual es porque ha leído “Sumisión”, esa novela de Michel Houellebecq que imagina una Francia gobernada por un partido islamista.

En España hay dos millones de musulmanes, 800.000 con derecho a voto. Para los supremacistas Feijó y Abascal, son “los otros”. De ellos también depende que estos Donpelayos se queden en la tumba.