Tal y como han presentado los distintos partidos políticos navarros sus listas de cara a las elecciones forales, nada menos que 31 de los 50 parlamentarios actuales tendrían bastantes opciones de repetir responsabilidad 4 años más, una cifra que se eleva a 35 según como vayan los resultados finales. Esto habla de un abanico de entre el 60% y el 70%. Es, a mi juicio, una cifra altísima, que viene a demostrar o bien que el banquillo de determinadas formaciones es muy escaso, que las cúpulas de los partidos son pequeñas y endogámicas, que los liderazgos son dados a querer rodearse casi siempre de similares personas y, en resumen, que la capacidad de renovación de las caras y los políticos que gestionan la comunidad ya sea en el poder o en la oposición es baja. No creo que estar 8 años en un Parlamento o incluso en una consejería o puesto, el que sea, sea en sí mismo negativo, puesto que en administración 4 años pasan volando y dadas sus lentitudes muchas veces una sola legislatura se queda corta para implantar novedades. Hasta 12 años, incluso, puede ser una cifra asumible. Más allá de esto, la verdad, creo que habría que plantearse establecer topes, puesto que la imagen que se traslada al ciudadano cuando vemos políticos que permanecen en el mismo puesto o diversos durante 16, 20, 24, 28, 32 años pienso que no es positiva. La parte que pueda tener de permanencia de una persona con compromiso y experiencia se diluye en la parte que observamos de ser un hecho que tiene que ver con la política profesional, en el peor sentido de la palabra profesional. Creo que solo Contigo Navarra contaría con parlamentarios nuevos, si saca escaños, mientras que el resto de partidos sí que contarán en sus filas con personas que repiten, tripiten, cuatripiten y algunos incluso llegan de otros puestos desde mediados de los 90. No sé, 8, 12 años, parece un tiempo adecuado y suficiente.