El teatro Gayarre abre la temporada con la apoteosis dancística de la Martha Graham Company. Siempre recordaremos a una emocionada y emocionante Martha Graham, ya muy mayor, que salía a saludar al final del espectáculo, acompañada de dos bailarines (Pabellón Anaitasuna 1986); y, también la anterior visita, ya sin la gran diva de la danza, en el Gayarre (D.N. 1-6-2017). Es una compañía que enseguida se hace con el público porque, en todos sus pasos, dan la sensación de llevar al extremo sus movimientos. Ese bailar con el torso como motor del resto del cuerpo, del que habla su directora actual, Janet Eilber. Y, si siempre esta compañía americana es bien recibida, en el espectáculo que nos ocupa se desató el entusiasmo, sobre todo desde el público más joven, mucho de escuelas de danza. Un buen ambiente. 

Abre la sesión, Errante en el laberinto, con coreografía de Martha y música de Menotti, sobre el mito de Teseo, el Minotauro y Ariadna. Xin Ying, se luce como Ariadna con un baile delicado, sutil, pero rotundo en su elegancia. La coreografía muestra muy bien el recorrido de la bailarina para cansar al minotauro, que, ciertamente está muy conseguido en la figura de Alessio Crognale-Roberts, al que se le impone un duro poste horizontal sobre sus hombros. Los giros, con los brazos atrapados en esa postura, son de evidente virtuosismo. 

Canto para comediantes inocentes es una magnífica obra, crisol de todos los bailes. Es de una exigencia que llega a dejar exhaustos a los bailarines. Y que atrapan al espectador en sus cuarenta minutos de duración. Se pasa del solo, al dúo, a los grupos reducidos y al tutti con una agilidad y fluidez asombrosas. Nadie se reserva ni un minuto. Se dejan la piel. Es un canto al universo y como en el universo se baila de todo, reconocemos citas del sirtaki griego, giros a lo derviche, pasos y elevaciones clásicos, figuras onduladas del cuerpo de baile que imitan los fenómenos de la naturaleza, etc. Todo con una enorme disciplina de bailar lo que suena, cuadrando el movimiento con la música -a veces solo percusión-, y yendo a simetrías muy hermosas y bien hechas. Estamos ante una danza de apariencia tremendamente libre, lo que la hace siempre luminosa y extravertida; pero, a la vez, absolutamente calculada y aprendida. Y, muy variada, porque es un mosaico de coreografías de varios autores, incluida la parte de Luna de la maestra Graham. 

Cerró la velada Cave: desde un punto de vista coreográfico parece un poco simple, en el sentido de que se deja plena libertad a los bailarines para “llevar el ritmo” a su aire, desplegando brazos y manos, y con los cuerpos, aparentemente, sin control, al ritmo de una percusión tozuda. Como en cualquier sala de fiestas, pero llevado todo a la máxima expresión del perpetuum mobile. Ciertamente acaba enganchando al público que se quiera implicar; y en esta ocasión, el teatro respondió con un ambiente de fans-rock. La compañía tuvo que saludar repetidas veces ante los vítores y aplausos. 

Martha Graham Company

Janet Eilber, directora artística. Programa: “Errante en el laberinto” Graham / Menotti. “Canto para comediantes inocentes” J. Eilber, varios coreógrafos / Jason Moran. Vave, Hofesh Shechter / Amet y H. Shechter. Teatro Gayarre. 20 de octubre de 2023. Lleno (25, 19, 8 euros).