A menudo los periodistas nos deslizamos con los titulares. Por economía de palabras, por llamar la atención del lector, por no pensarlo dos veces… Las exigencias de la información en internet tampoco ayudan ahora a la moderación: todo vale para que el usuario (les llamamos así, con una definición totalmente mercantil por parte de quien persigue más la cantidad que la calidad), para que quien pone los ojos en la pantalla, quede atrapado por un verbo grueso o un adjetivo contundente y pinche, y compute, y monetice. Hay auténticos especialistas en la materia. Ayer me topé con un titular de ese corte: La última bala contra Trump. Un cóctel explosivo ese de mezclar artillería de pistola con un exinquilino de la Casa Blanca. La corta historia de los Estados Unidos está salpicada por la sangre de dirigentes, de relevantes personajes políticos o defensores de derechos sociales que cayeron víctimas de un atentado. Siempre hay un bala perdida dispuesto a tener su minuto de gloria con un magnicidio a la carta.

En realidad, la última bala contra el resucitado Donald Trump se ventila hoy en las primarias de New Hamspire, donde dicen que Nikki Haley tiene la postrera oportunidad para seguir siendo aspirante a candidata del Partido Repúblicano tras la eliminación de Vivek Ramaswamy y el abandono de Ron DeSantis. Los analistas apuntan que si la exembajadora en la ONU no sale victoriosa en el examen que pasa en ese Estado, puede tirar la toalla. Las encuestas no apuntan a su favor.

Las manifestaciones en su contra tampoco parecen hacer mella en un Trump cada vez más exaltado y que sigue presentándose como víctima de una persecución judicial. Pero la sola posibilidad de que el magnate vuelva a estar al frente de una de las potencias mundiales pone los pelos de punta: por las amenazas al cambio climático, las crisis migratorias con Estados Unidos como destino, los focos bélicos en Ucrania y Gaza, el conflicto marítimo en el entorno del mar Rojo, las nuevas tensiones con Irán… No digo que con el octogenario Joe Biden el mundo haya respirado mejor, pero con Trump al mando otra vez puede ser irrespirable.

En puertas de ese apocalíptico escenario, ¿imaginan la interpretación que aportaría una simple coma al motivo de esta columna?: La última bala, contra Trump. Titular SEO le llaman.