A mí en la escuela me enseñaron a sumar. No tiene gran misterio, coges una cantidad de algo y añades a esa cantidad otra y así sucesivamente. Yo suelo hacerlo muy a menudo todos los meses sobre todo en lo que se refiere a la economía doméstica, ya que vivo sola y no puedo delegar a nadie esta tarea: hipoteca 400 euros, crédito del coche 100 euros, luz 45 euros, teléfono 55 euros, gastos de comunidad 60 euros, gas 30 euros, gasolina 320 euros, gastos de supermercado 200 euros, etcétera. Podría seguir (seguro de vida, seguro de coche, seguro de casa, IBI de la casa, IBI del coche…, fácilmente desglosables en gastos mensuales) pero creo que con esta suma por ahora será suficiente para entender de que estamos hablando. Cojamos la calculadora o papel y lápiz si lo prefieren, señores parlamentarios y parlamentarias, y sumemos. A mí me sale 1.210 euros, imagino que a ustedes también, aunque empiezo a dudar si ustedes saben sumar o no.

Soy una educadora de las tantas que trabajamos en las escuelas infantiles de Navarra, una de las tantas que está luchando por unas condiciones laborales dignas, así como por una educación digna para los niños y niñas de Navarra. El miércoles pasado recibimos la propuesta del Gobierno de Navarra, una propuesta que según el señor Gimeno deberíamos estimar por el esfuerzo que han hecho.

Yo me pregunto, ¿qué es lo que debemos de estimar, sus altas capacidades en matemáticas? Les hemos explicado una y otra vez que las educadoras infantiles vivimos en la precariedad porque no nos da el salario mensual para pagar los gastos mensuales que una vida sencilla sin ningún tipo de lujo te exige. Ellos han propuesto una subida salarial a un nivel C, dicho así parece estupendo, pero si decimos que gracias a esta estupendísima subida salarial las educadoras de Navarra vamos a pasar de cobrar 1.107 euros a 1.267 euros al mes tal vez no suene tan bonito. Señores parlamentarios, hagan ustedes la cuenta de la vieja de ganancias y gastos mensuales y respóndanme si es un buen punto de partida para desconvocar la huelga. Yo lo tengo clarísimo, no, a mí las cuentas me siguen sin cuadrar, seguimos estando en la precariedad.