Este año he sido tutor de un alumno de 1º de Bachillerato que estaba repitiendo y ya el año anterior había tenido problemas de convivencia. Viendo que comenzaba a recibir varios partes de comportamiento, la familia y yo pedimos al orientador del centro que le realizara una evaluación psicopedagógica y su respuesta fue: "No le voy a hacer la prueba, porque es muy general y seguro que (en el resultado) le sale (que tiene) algo". La normativa es clara sobre la necesidad de realizar la prueba cuando lo pide el equipo pedagógico, véanse los puntos 2, 3 y 6 de la siguiente Orden Foral: Orden Foral 65/2012, de 18 de junio, del consejero de Educación. Tras hablar con dirección y recibir una respuesta similar, pedimos ayuda al CREA, las secciones de convivencia, orientación e inspección de Educación. La respuesta siempre ha sido respaldar esta decisión, sin molestarse en comunicarse con la familia para conocer su punto de vista sobre la situación de la alumna y haciendo caso omiso de la normativa. La educación es una tarea muy difícil y todos cometemos errores, pero la respuesta no puede ser que cada uno mire por proteger su círculo. Sino, por el contrario, el diálogo y la colaboración entre toda la comunidad educativa.