No es necesario decir en qué piensan muchas personas cuando escuchan la palabra cáncer. Sin embargo, como consecuencia de los avances ocurridos en las últimas décadas, tanto a nivel de la detección temprana como a nivel terapéutico y farmacológico, el cáncer ha pasado de ser una enfermedad aguda terminal para convertirse en una enfermedad crónica. Por eso, hoy, día 4 de junio, se celebra el Día Mundial del Superviviente de Cáncer. Y la realidad es que cada vez hay más supervivientes de cáncer, es decir, personas que fueron diagnosticadas de un cáncer y que llevan, al menos, 5 años libres de enfermedad.

En nuestro país, a finales de los ochenta, el 67% de las mujeres con cáncer de mama se convertían en supervivientes, mientras que ese porcentaje se ha elevado hasta el 84% en los últimos años, incluso al 96% en tumores detectados en estadios muy tempranos. Teniendo en cuenta estas cifras, nos podemos preguntar: ¿y qué ocurre después del cáncer?

Algunas de estas supervivientes se reincorporan a la vida diaria sin problema, pero en muchas ocasiones experimentan secuelas y efectos secundarios como consecuencia de los tratamientos y del propio cáncer. Secuelas físicas (dolor, fatiga, neuropatía periférica, deterioro cognitivo, etcétera), psicológicas (ansiedad, depresión, angustia, tristeza, miedo a la recaída, etcétera), sociales (aislamiento social, carga económica, relaciones interpersonales alteradas), laborales (dificultad en la reincorporación laboral, puestos de trabajo no adaptados, etcétera) que pueden ser más incapacitantes que el propio cáncer y afectar de manera importante a la calidad de vida de las supervivientes.

Sin embargo, a pesar de estas secuelas a las que se enfrentan un número, cada vez más en aumento, de supervivientes, nuestro sistema sanitario continúa sin ofrecer a estas personas un programa de atención específico; no existen protocolos de seguimiento, ni actividades concretas que ayuden a las supervivientes a una mejora de su calidad de vida. En este contexto, y al objeto de aportar nueva evidencia que promueva la implementación de nuevas prácticas de salud, el Programa de investigación CUMACA (CUidados Más Allá del CÁncer) del grupo Inno-CARE de la Universidad Pública de Navarra busca dar respuesta a las necesidades de salud de las personas supervivientes de cáncer a través de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial. De manera que los supervivientes que experimentan secuelas tardías físicas, psicológicas, sociales y laborales, reciban cuidados que les ofrezcan apoyo y herramientas para el manejo de esas secuelas y puedan mejorar su calidad de vida.

La investigación en Enfermería es un importante activo no solo en el sentido de construcción de nuevo conocimiento disciplinar, sino especialmente para aportar en beneficio del aumento de la calidad de vida de la población. Nosotras, investigadoras, queremos contribuir a través de la investigación a dar respuesta a las necesidades de salud actuales y futuras de los supervivientes de cáncer, y celebrar con ellos y sus familias este Día Mundial del Superviviente de Cáncer.

¡Unidos por y para la mejora de la atención sanitaria a los supervivientes de cáncer y sus familias!

Las autoras son investigadoras del Grupo de Investigación sobre Nuevas Prácticas en Enfermería (inno-CARE) de la Universidad Pública de Navarra. http://www.unavarra.es/grupo-innocare