Cualquiera diría que regalan algo. Llama la atención que durante casi todo el año la única oficina de Correos de Sarriguren presente colas interminables de gente esperando a ser atendida. Es una escena habitual a la altura del número 80 de la calle Bardenas Reales. A pesar de estar situada en uno de los mayores núcleos urbanos de Navarra (con más habitantes, por ejemplo, que Estella o Tafalla), la oficina de Correos de Sarriguren sólo abre tres horas y media por las tardes, de 4:30 a 8:00, para echar la persiana los fines de semana, con dos trabajadores que tienen que enfrentarse a la ira constante de la ciudadanía, que está harta y aburrida del nefasto servicio postal que ofrece la Sociedad Estatal de Correos y Telégrafos.

Mucha gente opta por acercarse media hora antes de la apertura para evitar semejantes colas, que con frecuencia acarrean largas y cansinas esperas a la intemperie. Por si fuera poco, en temporadas como las Navidades, este problema se acrecienta por el aumento de la paquetería y la bajada de las temperaturas. Desconozco qué criterios utiliza Correos para establecer el número de horas que debe permanecer abierta cada una de sus oficinas, pero clama al cielo que en Sarriguren tengamos que seguir aguantando esta situación tercermundista sin que nadie se preocupe ni ponga remedio.