Pues sí, Natxo, este año que iba a ir contigo a ver las traineras a Donosti, no vas a estar.
El día de tu despedida, tus hijos te bailaron un aurresku y un txistulari entonó el Agur jaunak. No pude evitar llorar.
¿Te acuerdas de esos largos vermuts en la plaza Puente la Reina? Siempre aparecías tarde y yo te reñía. Hemos pasado muchas horas en el bar Luis y en el bar El Abuelo. En los calderetes de fiestas de la Txantrea también gozábamos mucho.
Me acuerdo de un día que fui escalando el tendido de sol para saludarte a ti y a Nuria en vuestra localidad en la Monumental pamplonesa.
Los socios y socias de la Alegría de Iruña también notarán tu ausencia.
Descansa tranquilo, Natxo, que la trainera de Orio ganará este año y sus remeros alzarán su palas para hacerte un gran pasillo de honor.
Brindaremos por ti, Txaro, también, y todos y todas los que te hemos conocido. En la plaza Puente la Reina habrá una silla libre. Y ahí estarás con todos nosotros y nosotras.
Agur Natxo! Gero arte amigo!