No quieren asumir su error. Vivimos cinco meses con la ilusión de algo que te pasa solo una vez en la vida. Cinco meses en los que nuestros planes y proyectos futuros se volvieron esperanzadores. Tras dos años solicitando en las listas de Vivienda del Gobierno de Navarra, finalmente conseguimos reunir los puntos para que nos adjudicasen una. Y no una cualquiera, sino en la promoción de Maristas II, que recibió más de 1.800 solicitudes para las 77 VPO y 31 VPT que iban a ser construidas. El 1 de junio de 2023 publicaron la promoción para que los censados en Nasuvinsa se pudieran inscribir. Debido al número de solicitudes, la lista de adjudicatarios iniciales se retrasó hasta el 5 de julio, y ahí estaba mi nombre. “Un capotico de San Fermín” dijimos. Esta lista provisional se abre para que el resto de solicitantes no aceptados puedan hacer alegaciones. Ese verano fue maravilloso. Todo nuestro trabajo iba dedicado al ahorro para pagar nuestro nuevo hogar, ya que hasta entonces los precios de la vivienda, como a tantos otros jóvenes, no nos ha permitido ni siquiera plantearnos el poder comprar un piso.

Pero el 1 de septiembre publicaron la lista definitiva y seguía estando mi nombre, “el proceso sale adelante” dijimos. En mes y medio desde entonces, como transcurre el proceso normal, tuvimos que pagar la reserva y fuimos citados para que, en orden de puntos, eligiéramos una vivienda: Portal 1, 2ºB. ¡Hasta compré la placa para el buzón! Posteriormente, tuvimos que ir a la Caja Rural para que nos aprobaran la viabilidad del préstamo. Todo iba viento en popa. Sin embargo, el Departamento de Vivienda debía mandar un documento que no llegaba. Decidí acercarme al día siguiente y mi corazón se paró cuando me dijeron que nos habían rechazado la vivienda. A nosotros y a otros más de 30. ¿Pero por qué? Pregunté. De los 47 puntos obtenidos, 3 correspondían a cada año en el que se tienen en cuenta 8.000€ de ahorro. El programa informático te permitía clicar en todos los años desde el año 2023 hacia atrás. En cambio, Vivienda nos ha rechazado alegando que cada año se debe contar a 31 de diciembre. “Pero entonces, ¿por qué aquel 1 de junio me disteis la opción de clicar en el 2023?” pregunté.

Sorprendentemente, una semana después de rechazarnos, la casilla 2023 desapareció del programa informático para los nuevos solicitantes. El recurso de alzada es nuestra única opción para conservar nuestro sueño de vivir en ese 2ºB, ya que si vamos a juicio la vivienda será adjudicada de nuevo.