Resistimos y salimos adelante: respetando las pautas, los confinamientos, alentándonos unos a otros, demostrando una admirable solidaridad. En Valencia, de nuevo, nos han confortado la solidaridad, el volcarse unos con otros y el temple de Julián jugándose la vida.

Por contraste contemplo nuestra sociedad, muchas veces en llamas, y a nuestros políticos, que muy lejos de arriesgar sus vidas, se enzarzan lanzándose improperios que, como bocanadas y ráfagas de aire, azuzan el fuego o incluso en ocasiones lo provocan.

¡Qué temple el de Julián y que destemple y violencia en nuestros dirigentes! Pedro Sánchez ha dicho -con ocasión del incendio en Valencia- que “se ha de mostrar el espíritu de solidaridad y empatía”. No hace falta que nos lo diga, señor presidente, sólo hace falta que usted y otros muchos tomen ejemplo.