Hace unos días una vecina del Pirineo escribía un artículo de opinión en este mismo medio de comunicación en el que expresaba la falta de recursos que sufre esta zona en el ámbito sanitario, concretamente en la sección de Pediatría.

Pues bien, resulta que estos mismos niños tampoco tienen derecho a disponer de la figura de orientador en su centro educativo. Hace dos semanas que el orientador de la escuela de Garralda, que da servicio a una amplia región del Pirineo, tuvo que coger la baja, y aquí todavía no ha venido nadie a hacer esta sustitución.

El Departamento de Educación ya está gestionando esta situación. Sí, ya publica diariamente de forma sistemática la oferta en la Adjudicación Telemática de Plazas (ATP) para ver si algún voluntario de las listas se anima a coger este puesto, procedimiento que en muchos casos como éste no tiene éxito. Los candidatos ni siquiera son informados de que existe esta necesidad. Así que me pregunto si esta forma de gestión no necesita una reflexión, ya que es el alumnado quien sufre las consecuencias de días e incluso semanas sin profesionales de la educación.

Mientras tanto en la escuela la vida sigue. Por un lado los tutores hacen la labor de orientación en plena etapa de elección de itinerarios y centros académicos para el curso que viene. Por otro lado, la dirección dedica sus esfuerzos a encontrar una forma de solucionar esta situación con la dedicación de tiempo extra que esto conlleva, y presenta ideas aparentemente sencillas a Educación. Pero nada, burocráticamente imposible. Y así nos quedamos.

Y en medio de esta desorientación, llega la boda, con sus 15 días de permiso. ¡Se nos casa una compañera! Sin embargo, esta noticia que debería ser motivo de alegría y celebración, se volverá probablemente de nuevo una sobrecarga de trabajo para el resto de profesores, guardias, pérdida de clases para el alumnado, etc. Esos mismos niños que, no lo olvidemos, también están sin orientador y han estado más de dos semanas sin pediatra.

Pero vivir en el Pirineo es sinónimo de calidad de vida, o eso dicen. Eso sí, casarse tranquilamente es un lujo que no te puedes permitir.