El 8-M es un día más para reivindicar que para celebrar. Esa frase la he oído sin cesar, y quiero expresar mi disconformidad.
Tenemos todo el año para reivindicar y creo que el 8-M es sobre todo un día de celebración. De celebración por todos los logros que nuestras mayores y referentes han conseguido hasta hoy y que nos permiten vivir hoy una vida distinta a la que ellas vivieron.
La lucha feminista no debe parar, aún queda mucho para una igualdad real, pero el año tiene muchos meses y muchos días.