Todas y todos vivimos con ese prejuicio que nos inocularon en la infancia por el cual, parece que si no consumimos productos de origen animal, a saber, huevos, leche, carne, peces, etcétera, uno está condenado a morir por malnutrición.

En 1960, en España se consumía 21 kg de carne per cápita, con casi 20 millones menos de habitantes. Sin embargo, hoy ese consumo son casi 100 kg (OMS). Cada porción de 50 gramos de carne roja al día aumenta el riesgo de desarrollo de cáncer colorrectal en un 18% (IARC). Los datos hablan por sí solos. El 70% de las tierras agrícolas y de pastoreo en el planeta están dedicadas a producir carne.

Estos patrones o viejas ideas caducas que se siguen perpetuando, curiosamente prevalecen entre la gente de cierta edad, especialmente a partir de los 40 años. Sería deseable que la clase médica más tradicional actualizase sus conocimientos a este respecto, en base a estudios científicos más recientes sobre la idoneidad de un tipo de alimentación menos dependiente de productos basados en el maltrato animal, sino más bien, en alimentos de origen vegetal como son los cereales, legumbres, frutos secos, hortalizas y frutas, etcétera.

Presidente y miembro de la Asociación De Naturaleza Animal