Catástrofes como la que ha ocurrido tienen que servir para reflexionar y diseñar planes que eviten que puedan volver a producirse desastres económicos y ecológicos como el que ha sufrido nuestra comunidad y que ha puesto en peligro viviendas y pueblos enteros de nuestra geografía. Lamentablemente Navarra llegó al fin de semana en alerta roja por temperaturas extremas y máximas previstos de más de 40º y que superarían los 42º en la Ribera, en alerta roja. Navarra se saltó el nivel de prealerta de incendios que hubiera sido necesario para prevenir los incendios desatados el pasado fin de semana y que han arrasado más de 10.000 hectáreas en términos de Valdizarbe, Valdorba, Ribera y Merindad de Sangüesa. Un nivel de preemergencia (o nivel 0) o el nivel 1 del llamado PLATENA -anterior al 2 que es el máxima y que supone poner todos los recursos del Gobierno para la gestión de emergencias- que hubiera amparado, el mismo viernes o sábado por la mañana, la prohibición de cosechar o la utilización de maquinaria agrícola, que estuvo detrás de al menos dos de los tres grandes fuegos desatados. Una declaración de mínimos necesaria a todas luces ante la falta de precipitaciones, fuertes rachas de viento y temperaturas extremas, un cóctel explosivo en el que el riesgo de incendios era máximo. A las tres de la tarde del sábado se declararon tres grandes incendios en Arguedas, Olleta y Legarda (sierra del Perdón). En aquel momento solo había una recomendación de no cosechar, es decir, no había una prohibición expresa. Esa tarde se activó directamente el nivel 2 de Platena con varios focos activos a la vez. Incluso desde UAGN reconocían que el sábado por la tarde se pusieron en contacto con la presidenta para pedir que por favor sacasen una normativa para dejar de cosechar aunque muchos de los agricultores lo habían hecho voluntariamente. Como tampoco se tramitó a tiempo la modificación de la orden foral que pretendía el Gobierno foral de tal manera que hubiera bastado con el nivel 1 de Infona (Plan de Prevención de Incendios Forestales) para impedir la actividad agrícola. Ese nivel sí que estaba activado tras el incendio de Leyre del viernes pero de nada sirvió ese fin de semana. Por suerte la mayoría de los incendios han entrado en fase de estabilización y los vecinos han podido volver a sus viviendas. El 4 de julio el Gobierno se reunirá con los municipios afectados con una declaración de zona catastrófica como nunca se había vivido.