Admirado director del Zinemaldia desde mucho antes de que lo fuera: Una vez más, no puedo sino aplaudir sus encendidas palabras de advertencia, no ya sobre el fascismo que nos viene, sino sobre el que ya tenemos encima. “No se puede aceptar el fascismo y Vox es fascismo”, sentenció ayer en la presentación de la programación española del festival. Antes, había dejado sobre el atril otra declaración de principios: “Ha llegado el momento de decir las cosas claras y si no las decimos hoy, lo mismo nos arrepentimos mañana”. Y yo vuelvo a asentir con entusiasmo porque su credibilidad se basa en una larga lista de valientes denuncias en voz alta de cualquier tipo de totalitarismo, empezando por el que supuso ETA. Ojalá cundiera el ejemplo.