AUNQUE pueda sorprender (y repugnar), a Luis Rubiales no le faltan defensores. Sin duda, de entre todos, el más acérrimo es el autotitulado reportero que atiende por Javier Negre. Desde que estalló el escándalo, no ha cejado en el empeño de señalar a la jugadora Jennifer Hermoso como culpable. “Mañana, Jenni Hermoso, toda España conocerá la verdad”, llegó a amenazarla. Luego, nada. Todo lo que hizo el tipo fue plantarse en el pueblo del presunto acosador para mostrarle su apoyo y anunciarlo así: “Acabo de llegar a Motril a la manifestación en favor de Rubiales y resulta que todos los medios se han ido. Parece que solo buscaban el morbo de la madre y no la versión de un pueblo indignado por el trato hacia su vecino”. Tremendo.