Camille Pissarro es uno de los pintores más reconocidos del impresionismo francés. Participó en la exposición que dio a conocer este movimiento artístico en 1874 junto con otros autores como Monet, Degas o Renoir. En 1897 pintó la obra Rue Saint-Honoré après midi, effet de pluie desde la habitación de un hotel situado en la plaza del Théâtre Français. Poco tiempo después, en 1900, el lienzo fue adquirido en Berlín por Julius Cassirer. Este era miembro de una reputada familia judía cuyos miembros se dedicaron a la filosofía, el arte y los negocios. El director de orquesta Fritz Cassirer heredó el cuadro de su padre Julius en 1924, pero apenas tuvo tiempo para disfrutarlo ya que murió en 1926. Entonces la propiedad del cuadro recayó en su esposa Lilly Cassirer (Lilly Disspecker de soltera), con quien había tenido una hija llamada Eva. Aunque falleció joven, Eva tuvo un hijo, Claude Cassirer. Durante su infancia, Claude se acostumbró a ver el cuadro de Pissarro en el salón de la abuela Lilly, quien le había prometido la posesión del lienzo.

En 1933 los nazis llegaron al poder en Alemania. En 1935 se promulgaron las leyes raciales de Núremberg y en 1938 la violencia antisemita alcanzó su cénit en la Kristallnacht. Para entonces Lilly Cassirer se había vuelto a casar, esta vez con el médico Otto Neubauer. Permanecer en Alemania era sumamente peligroso, ya que los judíos estaban fuera de la ley. Ambos lograron huir a Gran Bretaña en 1939, pero el coste fue muy alto. Lilly no pudo llevarse su amada pintura y debió malvenderla a un marchante de arte que pertenecía al partido nazi, Jakob Scheidwimmer. Acordaron un precio de 900 marcos que nunca fue pagado. Poco antes de abandonar su país Lilly hizo un intento desesperado de recomprar el cuadro, pero fue inútil. Ella nunca se olvidó del lienzo. En 1958 la República Federal la reconoció como legítima propietaria y recibió una indemnización de 120.000 marcos. Tras la muerte de su segundo marido Lilly Cassirer se mudó a Cleveland, Estados Unidos, donde murió en 1962.

Las investigaciones realizadas nos permiten reconstruir el itinerario del cuadro. De las manos de Jakob Scheidwimmer pasó a Julius Sulzbacher, quien trató de llevárselo a Brasil pero fue interceptado por las autoridades nazis. En 1941 fue adquirido por Ari Walter Kampf y en 1943 volvió a ser vendido en una subasta en Berlín por 95.000 marcos. Tras la Segunda Guerra Mundial el cuadro llegó a los Estados Unidos, pues había sido adquirido por un comerciante judío llamado Frank Perls. Este lo vendió poco después a Sidney Brody, también de origen judío, quien rechazó la obra al percatarse de que era robada. Más tarde pasó a manos de un coleccionista de Saint Louis hasta la década de 1970. En el año 1976 fue comprado por el barón Hans-Heinrich Thyssen-Bornemisza por 300.000 dólares en una galería de Nueva York. En el año 1993 el Gobierno español pagó 350 millones para que la colección Thyssen-Bornemisza permaneciera en España.

Calude Cassirer, el nieto de Lilly, prosiguió la búsqueda del Pissarro de su abuela. En 1999 un amigo de la familia identificó el lienzo robado en un catálogo. No tardaron en descubrir que se encontraba expuesto en Madrid e iniciaron los trámites para recuperarlo. Sus primeros intentos no tuvieron éxito, por lo que la familia Cassirer recurrió a los tribunales en 2005. Claude Cassirer murió en el año 2010 y su hijo David ha proseguido los litigios desde entonces. Para resolver este caso se deben esclarecer las circunstancias de la compra realizada por el barón Thyssen-Bornemisza y decidir qué legislación prevalece, si la del demandante (California, Estados Unidos) o la del demandado (España). La Fundación Colección Thyssen-Bornemisza alega que se trató de una transacción legal y de buena fe, ya que el cuadro no figuraba en ninguna lista de arte robado. Por otro lado, el Gobierno español tampoco quiere que la obra sea devuelta, al considerarla parte del patrimonio nacional. Los tribunales norteamericanos fueron dando la razón al Museo Thyssen, reconocimiento de la propiedad legítima del cuadro. Pero la familia Cassirer no se rinde fácilmente y presentaron un recurso. En 2021 el Tribunal Supremo revisó el caso y decidió aplicar la legislación del estado de California para zanjar la disputa. La última vista oral se celebró en pasado 12 de diciembre y su veredicto tardará algún tiempo en conocerse.

La pintura Rue Saint-Honoré après midi, effet de pluie fue robada por los nazis y forma parte del botín del Holocausto. Además, la naturaleza de este caso afecta de lleno a la Memoria Histórica. Siento una profunda vergüenza por este proceso y creo que el cuadro debe ser devuelto de manera inmediata. Espero que la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza y el Ministerio de Cultura y Deporte de España hagan –finalmente– lo correcto.

El autor es doctor en Historia