Había logrado, gracias a su nieto, entrar en la página que en Internet muestran para visitar el Congreso de los Diputados, en esas jornadas de puertas abiertas que hacen todos los años cuando se acerca la celebración del día de la Constitución, la base fundamental de las leyes por las que nos regimos, el corazón legal de España, que ahora tiembla por la situación política, una vez más. Buscaba mirar de cerca los lugares donde trabajaban sus señorías, actualmente tan despreciadas por una amplia mayoría, considerados como canallas, parásitos agarrados a sus poltronas, devorando el erario público, usando el poder en beneficio de sus partidos, más que del pueblo, como sería lo debido. Las sesiones parlamentarias en Londres llevaron a poner un cristal blindado que defendiese a sus señorías de los espectadores, del pueblo, tal es el odio que en muchos países occidentales y democráticos se está gestando contra las clases dirigentes, nuestros supuestos representantes y dirigentes, en un sistema que cada vez más muestra sus fallos. ¿Constitución para una democracia? Cada vez es más extendida la creencia de que somos esclavos de una oligarquía multinacional, una velada tiranía que se camufla con una fachada democrática: libertad solo privada. No hay una Constitución planetaria en la ONU... En cualquier caso, todos percibimos que nos sumimos en una sociedad del malestar y las clases medias se desmoronan, la vida es más difícil para el pueblo, la banca internacional sigue ganando suculentos beneficios. Libertad, hermosa fantasía que podemos ejercer en parte de nuestro habitar cotidiano, en un mundo cada vez más hostil con nosotros.

Hoy se demuestra la Constitución nacida con graves defectos que provocan sobre todo tensiones enormes entre regiones, mas no parece tiempo propicio para intentar reformarla, pues la tendencia más bien es a destruirla y España podría dejar de existir si después de una amnistía a los representantes separatistas hay un referéndum en algunas autonomías.

El PP tuvo más apoyo en las elecciones que los socialistas, también el bloque de derechas (PP+Vox) supera en votos a las izquierdas (PSOE+Sumar) que, sin embargo, gobiernan y es gracias al apoyo de los separatistas. Una perversa ley electoral parece una contradicción constitucional, pues no todos somos iguales: el voto de algunos vale como el de varios y hace que estemos sometidos a quienes buscan derribar nuestra Constitución.

El calendario festivo incluía la fiesta constitucional, que muy pocos y con atonía celebran, y la de la Inmaculada Concepción, la madre del Mesías, ejemplo de humildad y bondad pura que apenas se contempla en un país cada vez más descreído y dejado de la mano de Dios, por nuestra espiritual flatulencia. Pero convendría mirar más allá y construir todos algo por el bien común.

Abuelito, hijos y nietos, se fueron durante el festivo puente al pueblo, a respirar paz en la naturaleza.

El autor es escritor