¿La callada por respuesta? ¡Vaya señor Gimeno!, creía que sería capaz de dar los datos sobre la votación de la jornada escolar que hace unos días le cuestioné. Se lo recuerdo: se podían emitir 32.559 votos, participaron 29.860, lo que supone un 91,71% un hito, pero… ¿cuántos de esos votos fueron a favor de la jornada continua? ¿No tiene usted, señor Gimeno, nada más qué decir? ¡Dígalo y reflexione!

No le deben de interesar los datos porque si tuviera un poquito de vergüenza quizás fuese capaz de rectificar. ¡No! Es más, a la protesta y manifestaciones de varios centros afectados por esta orden foral usted les dijo: “la norma es la norma”, y en las noticias ha salido diciendo que “el departamento va a aplicar con rigurosidad la orden foral”. Uff. Esto me suena a amenaza.

Pero yo sigo con mi erre que erre. Si hago un rebobinado desde marzo del 2023, cuando surgió la idea de este cambio de jornada escolar, me encuentro con una situación peculiar. Les explico. Hay una palabra en el diccionario muy interesante. Prevaricación. “Delito que realiza la autoridad o funcionario público que dicta una resolución arbitraria en un asunto administrativo, a sabiendas de su injusticia.” Me limito a hacer un análisis.

Navarra a día de hoy tiene un 84% de centros públicos con jornada continua. El señor consejero, si hubiera hecho buen uso de sus funciones, estaría pensando en el bien de la mayoría, con lo que hubiera sido de ley o de sentido común haber elaborado una orden foral decretando como jornada escolar la jornada continua. ¡Pues no! Creo que aprovechándose de su situación, y con el beneplácito del presidente del Consejo Escolar de Navarra, Manuel Martín, elaboraron una orden foral a su gusto apoyada por 13 miembros más del Consejo Escolar Navarro (un 40% de su censo).

Todo esto ha supuesto un esfuerzo y trabajo enorme para los centros educativos y sus familias. Los que han conseguido mantener la jornada continua contentos, con rabia contenida y tiempo perdido por volver a realizar el proceso. Los que no lo han logrado, a pesar de tener mayoría simple (no como su Consejo Escolar Navarro) o por otros motivos (transporte compartido) con disgustos, riñas entre familias y desánimo del alumnado.

Fíjese, señor Gimeno, me hace gracia la frase que dijo que le hubiera gustado que “la reflexión hubiera ido por los tiempos de aprendizaje”. Pues precisamente por eso es por lo que las familias reclaman la jornada continua. Los aprendizajes oficiales se hacen dentro de una jornada temprana de mañana, dejando a la elección de las familias el resto del tiempo de sus hijos e hijas para comer, jugar, descansar, estudiar idiomas, música, hacer deporte, etcétera. No quiero ni imaginar, con este cambio climático que se nos viene encima, dando matemáticas e inglés de 15:00 a 16:30 estos meses de abril y mayo después de haber comido un plato de lentejas km. cero y un filete de ternera de Navarra acompañado de un buen plátano de Canarias.

Pero lo que más me llama la atención es la pasividad del resto de los políticos. Señores parlamentarios, ¿no tienen nada que decir? ¿Les parece loable esa Orden Foral 106/2023 de 9 de noviembre sin criterios justos? ¿No creen que el señor Gimeno debiera de dar muchas explicaciones en sede parlamentaria? Señora Chivite piense todo esto. Rectificar es de sabios y seguir teniendo consejeros de este calibre no le beneficia nada.

*La autora es maestra jubilada y exjefa de estudios