Comparto con Braulio Vázquez la opinión de que esta es la mejor plantilla de las seis últimas temporadas. Algunos dirán que ya era hora, porque el director deportivo ha realizado en este tiempo cerca de medio centenar de adquisiciones, algunas de ellas que no dan ni para una línea en la historia del club; pero tampoco hay que ahorrarse el elogio de que, año a año, el grupo ha ganado en equilibrio de posiciones y también en calidad individual. Con desembolsos importantes realizados por el camino (Budimir y Juan Cruz, por ejemplo), no es menos cierto que el osasunismo ha llegado este verano a un estado de satisfacción sin vaciar a lo loco la caja de caudales. Braulio ha puesto al servicio de Arrasate un grupo de futbolistas que aportan experiencia y buen manejo de balón, duplicando todos los puestos con garantías. Y, lo que es más importante, con los nuevos y las incorporaciones del Promesas ha desatado entre los futbolistas una competencia por el puesto de titular que solo puede traer beneficios al equipo. La consigna en el vestuario es que quien se duerme pierde el puesto; interpretándolo de otra forma, el aficionado percibe que, ante cualquier contingencia, hay alguien con garantías que espera y quiere aprovechar su oportunidad. Este año no hay fichajes de relleno. Hay ejemplos claros de lo que digo. Ayer, Nacho Vidal destapó el rendimiento que ofreció en los primeros años en Pamplona; la disputa con Peña por la propiedad del lateral ha alimentado una rivalidad que al no existir en la pasada campaña, lastró a Osasuna en esa demarcación. También Unai García está sometido a esa prueba. En un puesto de máxima exigencia y donde los errores no admiten repeticiones, el central sabe que tiene esperando turno a Aridane, que el curso pasado ya le apartó de la titularidad. Con este nivel de exigencia, al defensa de Esquíroz se le ve más concentrado y decidido. Pero donde es más evidente ese estado de competencia es en las bandas. La llegada de Abde y lo que enseñó ayer en un cuarto de hora nos colocan ante un escenario de lucha encarnizada que va a exigir mucho más a Kike Barja (no ha jugado en dos de los cuatro partidos) y que estimula a un Rubén García dispuesto a defender su jerarquía sea por la izquierda o por la derecha. Tampoco puede quedar en el tintero que el recambio de Sergio Herrera es Aitor Fernández. Y en cuanto a las prestaciones que ofrece la plantilla basta con observar que Osasuna comenzó ante el Rayo con un doble pivote formado por Moncayola y Torró y acabaron el partido en esa demarcación Pablo Ibáñez y Darko Brasanac. El serbio, jugador todoterreno y tan discreto como eficaz, no dice nada y lo dice todo en apariciones como la asistencia a Aimar en el 1-0.

La presencia de Abde aumenta la competencia en banda.

La presencia de Abde aumenta la competencia en banda. Unai Beroiz / Oskar Montero

Habrá que convenir, por tanto, que este escenario de máxima competencia es fruto del trabajo de un tipo competente como Braulio Vázquez, quien sigue pensando que todavía hay que dar un salto de calidad incorporando, ya para la próxima temporada, futbolistas de clase A (si se pueden pagar, añadiría yo) que sigan mejorando a Osasuna. Tan capacitado en su trabajo como Arrasate, que saca chispas a todo lo que tiene; observen los cambios de ayer y su trascendencia en el desenlace del encuentro, con el citado Darko, con Abde y con Rubén García poniendo la guinda tras salir desde el banquillo. Llegado el caso habría que desentrañar quién hace bueno a quién: Arrasate a Braulio o viceversa.

Sí, yo también creo que Osasuna tiene la mejor plantilla de los seis últimos años y que fomentando la competencia puede conseguir buenos resultados esta temporada.

Confidencial

Abde, ¿con España o con Marruecos? El jugador se enfrenta a una decisión trascendental: elegir entre la selección de España o la de Marruecos. Con su país natal podría participar en el próximo Mundial. La Federación Española, que ya consiguió que no jugara la Copa de África, trata de convencerle para que espere su oportunidad con la Roja.