Tocado por la dura derrota del domingo ante Villarreal, Osasuna solo puede pensar que estos días de descanso deben servir para reponer fuerzas y para mejorar algunas de las últimas deficiencias, que fundamentalmente son las que tienen que ver con el gol. No hace falta realizar un ejercicio de memoria para corroborar que los rojillos no ceden en su insistencia ofensiva, en la búsqueda del área rival, pero también es cierto que ello no es sinónimo de chispa, de acierto, de tener la llave.

Osasuna firmó ante el Villarreal 48 centros sobre el área rival, uno de los mejores registros de la temporada, pero no hubo éxito pese al caudal de balones metidos en la zona caliente. De hecho, no se apuntó casi nada entre los tres palos –sólo hubo tres remates que fueron dirigidos al marco de la portería y cuatro fuera– y, en consecuencia, las oportunidades también fueron más bien escasas –únicamente tres–.

Jagoba Arrasate le está dando vueltas al laberinto del gol –se ha marcado tan sólo uno en Liga en El Sadar tras el Mundial– y de hecho colocó frente al Villarreal un aparato ofensivo inédito. El Chimy Ávila regresó a su originaria demarcación como delantero de referencia y además ubicó junto a él a dos extremos, Kike Barja y Abde, que nunca habían estado juntos en una formación titular. El atacante argentino ya había estado en esa demarcación desde el principio preferentemente en algún compromiso fuera de casa y contra el Villarreal, aunque con menor protagonismo que en otras ocasiones, mantuvo su aceptable papel de agitador generando la acción de la mano incontestable de Yeremy Pino y probando también un remate que terminó en córner por muy poco tras tocar en un defensa. El técnico rojillo dejó el domingo como segunda unidad a Ante Budimir y Kike García, que también comparten la frustración de no andar finos con el gol.

La cifra

48

Balones al área

Son los que sumó Osasuna en el partido ante el Villarreal.

Los tres arietes de Osasuna han dejado de marcar desde hace tiempo y, cuando se anda con sequía, se suele mirar a los que apagan la sed. El Chimy marcó por última vez en El Sadar al Sevilla, en el partido de Copa del 25 de enero (2-1), y hay que remontarse hasta el 30 de octubre para encontrar otra diana en campo propio, fue del penalti ante el Valladolid (2-0). Ante Budimir sólo le ha metido goles al Espanyol en este curso y aunque le hizo uno en su estadio el 4 de febrero (1-1), en El Sadar celebró el otro el 20 de octubre (1-0). Kike García es el otro delantero en discordia que se ha convertido la Copa en su especialidad de la temporada, donde lleva cinco goles -todos fuera-. De las otras dos dianas que lleva en la Liga, solo una fue en casa y se remonta al mes de agosto, contra el Cádiz de penalti, en la segunda jornada de Liga (2-0).

A los rojillos se les está atragantando la Liga en casa en donde el esfuerzo que se realiza no se corresponde con lo que pasa en el marcador.

Aunque Osasuna tiene dos partidos fuera de casa antes de regresar a la faena en El Sadar a deshacer el nudo del gol –frente al Elche el sábado 8 de abril (14.00)–, lo que más le tiene que ocupar a Arrasate y los suyos es ponerse finos para la cita de Copa en San Mamés. Dos semanas para encontrar un camino menos crispado.

Los datos

El Chimy. El argentino marcó su último gol en El Sadar al Sevilla en Copa en enero. En casa, no marca en Liga desde octubre.

Budimir. El croata ha hecho solo una diana como local, fue al Espanyol en octubre.

Kike García. Su único tanto en El Sadar fue en agosto ante el Cádiz, en la segunda jornada.