El Órgano de Apelación de la UEFA desestimó la defensa presentada por el Isloch Minsk de Bielorrusia y priva al club de disputar la Conference League la próxima temporada por amaños de partidos en 2016, tal y como esclareció la entidad en un comunicado emitido en su página web nada más conocer la resolución.

"Teniendo en cuenta los resultados deportivos", señala dicho escrito "el Isloch se clasificó para la Conference League de la temporada 2023/2024" y "ha superado con éxito" la licencia del país para poder acceder a la preinscipción de la competición. Después, añade, la solicitud para confirmar la participación en el tercer torneo europeo fue enviada a la UEFA. "Cabe señalar que para 'los lobos' este es el debut en competiciones europeas a nivel profesional, por lo que todo el paquete de documentos (solicitud, historial, cumplimiento de criterios) se verificó con bastante seriedad", prosigue dicho comunicado. El club fue creado en 2007, fue amateur hasta 2013, cuando se asentó en la Segunda División de Bielorrusia y se profesionalizó, alcanzando la máxima categoría en 2015.

El Isloch desvela que "para ser admitido en las competiciones europeas, un participante potencial debe cumplir con uno de los criterios importantes de los documentos reglamentarios de la UEFA: confirmar por escrito que desde el 27 de abril de 2007 el club no ha estado involucrado directa o indirectamente en cualquier actividad dirigida a arreglar o influir en el resultado de un partido a nivel nacional o internacional, por lo que su puede ser rechazada con efecto inmediato, sin perjuicio de cualquier medida disciplinaria posible" y añade que "la suspensión se aplica a una temporada de la Copa de Europa, es decir, la primera después de ganar tal derecho sobre una base deportiva".

Los hechos se remontan a 2016, cuando varios de los jugadores y un representante del cuerpo técnico del Isloch se vieron envueltos en una trama de amaños al arreglar su partido con el Dynamo Brest. El club ya recibió su correspondiente castigo por parte de la Federación de Bielorrusia y, ahora, también recibe su correctivo por la UEFA, una decisión que respetará la entidad, que ha asegurado que no la impugnará en el Tribunal de Arbitraje Deportivo.

Paradójicamente, el Isloch había obtenido la clasificación para la Conference League por la también suspensión del Shakhtar Soligorsk y Energetik-BGU Minsk para participar en los torneos europeos de la temporada 2023-2024 por las infracciones cometidas, así lo anunció la Federación de fútbol de Bielorrusia (ABFF). El organismo decidió no otorgar el permiso ni al campeón (Shakhtar Soligorsk) ni al subcampeón (Energetik-BGU Minsk) del pasado campeonato.

La situación se dio porque ambos equipos estuvieron involucrados en amaño de partidos. El Comité de Investigación de la Federación de Bielorrusia abrió diligencias porque el FC Shakhtar Soligorsk organizó arreglos de partidos, así como pagos ilegales entre los equipos de la liga bielorrusa. La resolución de la investigación, llevada a cabo en el mes de mayo, terminó negando la licencia europea a ambos equipos, que fueron castigados con severas sanciones deportivas, por lo que los puestos corrieron dos plazas en la clasificación y el BATE Borisov jugará en la clasificación de la Liga de Campeones, mientras que Dynamo Minsk y Isloch Minsk, obtuvieron dos de las plazas de la Conference League. Ahora, con el Isloch fuera de la competición, es el Neman Grodno, noveno clasificado, quien se hace con la plaza.

La defensa de Osasuna, en su recta final

Por su parte, la dirección de Osasuna y los servicios jurídicos del club se encuentran ultimando la revisión de los documentos que enviará a la UEFA, a los inspectores de la Comisión de Ética y Disciplina, que se van a encargar de evaluar la elegibilidad o no del conjunto navarro para disputar la Conference League, competición para la que el club rojillo se clasificó al finalizar la reciente edición liguera en séptima posición. La principal argumentación del club es el trabajo que ha ido realizando la nueva directiva, diferente a la que fue acusada por el caso Osasuna, para tratar de separar la realidad de la entidad de la actuación delictiva de los anteriores gestores en el caso de los amaños de la temporada 2013/2014, en el que fue perjudicado, fue el exonerado por los tribunales y fue quien solicitó aquella investigación.