Carlos Aranda estuvo dos temporadas en Osasuna –los cursos 2009-10 y 2010-11– y fue un futbolista interesante, porque disputó 49 partidos de Liga y anotó nueve goles –5 y 4– y se mostró como un futbolista con clase y comprometido.

Aranda fue uno de los protagonistas del caso Oikos, en el que se investigaba desde junio de 2019 una trama de corrupción en el fútbol español para hacer apuestas presuntamente encabezada por él y Raúl Bravo. En una entrevista en Relevo, el atacante rememora su etapa en Osasuna y, sobre todo, su relación con Camacho, a quien idolatra. “Camacho es la mejor persona que me he encontrado yo, con Del Bosque, fíjate que son íntimos los dos, no es casualidad. Si yo me hubiese encontrado a Camacho con 20 años, mi vida hubiese sido otra. Pasa que me lo encontré ya… Y cuando Camacho se va de Osasuna ya yo tampoco tengo ganas de estar en Osasuna. Mendilibar era un tío de puta madre y un pedazo de entrenador –le sustituyó en la jornada 24–, pero a mí Camacho es un tío que me llenaba como persona, aparte que era un buen entrenador, le sacaba el mayor rendimiento a los jugadores y era un tío muy realista y un tío muy justo”, afirma. “Y es muy difícil encontrarte en un vestuario un entrenador justo, porque los entrenadores son personas, y si tú no le caes bien y hay uno que más o menos es igual que tú o un poquito peor pero hace el mismo trabajo que tú y tú no le caes bien, tú no juegas. Camacho no, Camacho al que no le caía bien, lo cogía, lo encerraba y le decía: ‘Tienes dos opciones, o vamos por el mismo camino o tenemos un problema tú y yo, y ¿cómo lo solucionamos? ¿Cómo lo quieres solucionar?’ Y a Camacho tú no tienes los cojones de enfrentarte a él o faltarle respeto o decirle: “Me voy a partir la cara contigo”, porque se parte la cara. Si tú tenías cojones, ése tiene tres cojones, ése es la única persona que yo he visto que tiene más cojones que yo en el fútbol. Y ése es el tío más justo que yo he visto en mi vida, justo y buena persona, y generoso ya apaga y vámonos”, recuerda.