Los toros de Cebada Gago cumplieron su fama de peligrosos y en el quinto encierro de San Fermín los astados de la ganadería gaditana dejaron tres heridos por asta. El caso más grave es el de U.Z.A., un joven donostiarra de 22 años que sufrió una cornada de 18 centímetros en la ingle

A la entrada a la Plaza de Toros, Marismeño, un burel de 520 kilos y color castaño claro, se dirigió a la parte derecha del ruedo, donde comenzó a embestir y cornear a los jóvenes que intentaban saltar la valla o protegerse en el burladero. 

El morlaco se enseñó con el joven de Donosti, al que en una primera embestida le provocó una cornada de 18 centímetros con trayectoria ascendente en la región inguinal izquierda y diversas heridas puntiformes en la región pre-tibial derecha y en la tricipital derecha.

U.Z.A. necesitó revisión quirúrgica, sutura y colocación de drenajes en el quirófano del coso e ingresó en la Unidad de Recuperación Postanestésica de Virgen del Camino.