En las navidades de 2004, decenas de padres y madres del colegio público Arturo Kanpion de la Txantrea salieron con sus hijos e hijas en la kalejira de Olentzero y entonaron melodías sencillas a dos voces. “La mayoría no había cantado en su vida y tampoco sabía solfeo”, confiesa Mikel Lumbreras.

Aún así, la experiencia fue “muy bonita, divertida y chula” y estos padres y madres repitieron actuación por Santa Águeda. “¿Y por qué no seguimos?”, se preguntaron entonces.

Dicho y hecho. Fundaron el coro Arturo Kanpion y, dos décadas después, los 37 integrantes interpretan 150 obras en castellano, euskera, francés, inglés, latín, ruso e incluso en zulú, el idioma más hablado en Sudáfrica. “Algunas las cantamos hasta en ocho voces distintas”, destaca Mikel, director del coro desde 2015.

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El coro Arturo Kanpion de la Txantrea cumple 20 años

Por el vigésimo aniversario, Arturo Kanpion dará “un concierto especial” en la Txantrea, aunque no desvelan más detalles. 

En los inicios, el coro se enfrentó a un gran reto: que sus miembros –la mayoría tenía muy pocos conocimientos musicales– aprendiera a cantar a distintas voces. “Empezamos con canciones muy sencillas a dos y, como mucho, a tres voces”, recuerda Mikel.

Además, el coro disponía de pocos medios tecnológicos para escuchar las distintas voces de cada melodía. “Casi no había teléfonos móviles ni MP3. Una persona se aprendía una voz y el resto cantaba a oído”, confiesa. 

Para rematar, ensayaban en las aulas de Arturo Kanpion – el colegio se derribó en 2009– mientras sus hijos pegaban gritos y correteaban por los pasillos. “Dejábamos de cantar e intentábamos calmarles, pero era imposible”, recuerda.

Ensayar en esas condiciones era “inviable” así que el coro, como solución, contrató a una persona que cuidaba a los pequeños en el gimnasio. “Montamos un pequeño servicio de guardería”, señala. 

Con los txikis controlados, la irrupción de las nuevas tecnológicas y la aportación de todos los miembros; el coro aumentó de nivel considerablemente.

“Unos recopilan el repertorio, otros escriben las partituras o graban audios con las distintas voces. El trabajo de todos nos ha permitido llegar hasta aquí. Arturo Kanpion Abesbatza es una creación nuestra y es muy bonito ver como gente que no sabía nada de música ahora canta a cuatro u ocho voces distintas”, reconoce. 

Cuando el colegio se derribó, el coro se trasladó al instituto Eunate, de ahí se movieron al centro escolar Bernart Etxepare y en la actualidad ensayan los jueves en el centro comunitario de Salesianas.

ENSAYOS CON POTE, PINCHO-POTE O CENA

Los integrantes de Arturo Kanpion Abesbatza aseguran que el canto debe ser “lúdico” y por eso todos los ensayos terminan en un “pote, pincho-pote o cena. Y si terminamos el concierto y no hay piscolabis, lo montamos nosotros. Lo más bonito son las amistades que se fomentan en los ensayos y en las cenas. Ya somos un grupo de amigos que disfrutamos cantando”, remarcan. 

En las dos décadas de historia, el coro ha interpretado su repertorio por toda Navarra de norte a sur y de este a oeste. “Hemos cantado en los pueblos de los miembros del coro. Nos invitan a fiestas y allá que vamos”, comentan. Sus voces también han traspasado fronteras, pero confiesan que donde “más nos gusta cantar es en la Txantrea”.

COMPROMETIDO CON EL BARRIO

El coro está muy comprometido con el barrio, actúa en Olentzero, Santa Águeda y fiestas y en Navidad organiza encuentros corales –y ya van 16– con otras formaciones musicales de Euskal Herria que siempre terminan en hermanamiento.

“Somos Arturo Kanpion Abesbatza de la Txantrea, nuestro logo es la Txantrea y nos encante darle vida a la Txantrea con nuestras canciones”, insisten.

Además, desde hace dos años celebran el concierto Entre poesías y canciones en el que mezclan su repertorio con poemas escritos por dos vecinas del barrio. “Buscamos melodías y poemas que tengan el mismo sentido y las cantamos seguidas. O al contrario, interpretamos dos obras que dicen totalmente lo contrario”, describen. 

El coro también tiene una gran vocación social y cantan en residencias de personas mayores, hospitales o psiquiátricos y participan en el programa HOSVitalidad de San Juan de Dios, que busca que las personas con ingresos de larga duración puedan disfrutar de actividades culturales y lúdicas. “Llevamos la música a los sitios donde más falta hace”, indican.

Además, Arturo Kanpion Abesbatza forma parte de la Federación de Coros de Navarra desde 2009 y se implica en los ciclos que la entidad organiza anualmente. En 2024, los coros federados acercarán la cultura a las localidades en riesgo de despoblación.