El frontón de 36 metros del Complejo Deportivo de Vall D’Hebron acogió el domingo las finales de la 85ª Edición de la Copa del Rey, donde Navarra acudía con cinco posibilidades de victoria, pero a la postre se tuvo que conformar con el subcampeonato en tres modalidades.

La penúltima ronda del torneo, disputada entre el viernes y el sábado, fue bastante propicia para las huestes navarras.

Pese al desencanto de Huarte y Zugarralde en mano individual, los otros tres clubes en liza sellaron su billete para la jornada decisiva.

En mano parejas, Oberena, con Oian Canabal y Unax Apeztegia, solventaron un durísimo partido ante el CP Urbión, representado por Beñat Azketa y Manex Balerdi (10/8 y 10/8); en pala corta el duelo fratricida entre Club Tenis Pamplona y Oberena se decantó hacia el lado de los primeros en un choque que tuvo que llegar al desempate.

Y en paleta cuero, el encuentro más vibrante de la velada semifinal, en el que el CD Larraina, con Íñigo Eslava y Gonzalo Pérez Galbete, destrozó todos los pronósticos y venció en dos juegos a los favoritos sobre el papel, la dupla del Club Natación Barcelona compuesta por el navarro Javier Gaztambide y el cubano Jhoan Torreblanca, invictos hasta ese momento.

Fiasco dominical

Ya el domingo y tras la final de mano individual disputada por el CP Barberito I y sus paisanos del San Cosme, llegó la pelea por parejas en la que Oberena se iba a ver las caras con el CP San Cristobal, defendido por una de las parejas más contrastadas de la División de Honor, formada por los guipuzcoanos, Ander Murua y Beñat Garmendia.

Ambos plantearon un partido muy serio, sin concesiones, en el que Garmendia dominaba en los cuadros zagueros y Murua aprovechaba este dominio para rematar el tanto. Esto, unido a que la derecha de Oian Canabal no estaba muy boyante, provocó la victoria sin paliativos del conjunto burgalés.

Después de este partido se iniciaron los encuentros de herramienta, comenzando por la paleta cuero donde la altísima moral del CP Larraina tras la complicada semifinal de la víspera, se tendría que ver refrendada ante su contrincante en la final, el Puertas Bamar vallisoletano, más aún cuando el acompañante del venadense Agustín Maldonado no era Carlos Baeza, sino el mungiarra Ander Landeta.

Los navarros cayeron en el primer punto con un ajustado 12 a 15, pero se recuperaron y con un gran juego forzaron el desempate (15/7). Pero en el lance decisivo no tuvieron la pujanza del anterior y la firmeza de Landeta y Maldonado y una serie de errores les llevaron a la derrota.

Y la última bala para la Comunidad Foral estaba en la recámara del Club Tenis Pamplona en la final de pala corta, final en la que Mitxel Fernández y Javier Insausti, se las tendrían que ver con el dueto del Puertas Bamar, con el “Látigo” de La Peña, Imanol Ibáñez, en la zaga, ”enriquecido” por Carlos Baeza en la delantera.

Pese a esta “amenazante” alineación ni Mitxel ni Javi “entregaron la cuchara” y se lanzaron a un partido de “poder a poder” con tantos espectaculares que hicieron (más de una vez) levantarse al público de sus asientos.

Esto condujo a un choque con constantes alternativas en el marcador pero cuando llegaba la parte decisiva del punto, la mayor experiencia de los de Puertas Bamar se hacía visible y para anotarse los tantos y la victoria en dos juegos, certificando el doblete de la escuadra iscariense en esta 85ª Edición de la Copa del Rey, disputada en el mismo escenario en el que hace 32 años, la pelota fue olímpica.