La exconsejera del Gobierno de Navarra, Mari José Beaumont, consideró ayer “grave” y “denunciable” los intentos de la trama Kitchen por tratar de desacreditarla. De momento no se ha planteado tomar acciones legales, a la espera del recorrido político que pueda tener esta cuestión tras las denuncias que han anunciado algunos partidos, aunque no lo descarta. “Deduzco que lo mío no fue un caso aislado. Es algo que pertenece a las cloacas del Estado, que han existido y siguen existiendo”, señaló Beaumont, que recordó el caso Pegasus, con el que el Gobierno actual habría investigado también a distintos dirigentes políticos del ámbito independentista.

La exconsejera se preguntó por qué ha salido ahora y qué interés puede haber en hacer público algo que se sabía desde 2015. “No me sorprende en absoluto. Todos hemos sido conscientes de que estábamos muy mirados. Pero resulta que, como ellos dicen, estaba limpia. Lo que quiere decir que antes ya me habían espiado”, señaló Beaumont.

Recordó en cualquier caso que antes de su toma de posesión el entonces ministro, Jorge Fernández Díaz, ahora imputado por esta causa, aseguró que “no era acertada” su elección. “Entonces dije que no me importaba lo que dijera el ministro porque le quedaban cuatro días, y así fue”, ironizó. Beaumont admitió que sabía que algo así podía pasar cuando llegó al Gobierno porque aquel cambio suponía “una ruptura con el régimen anterior” y habría intentos de sabotearlo. “Pero me pareció que si podía aportar algo tenía que hacerlo. Así que no me arrepiento”, afirmó.