Jose Mari Aierdi (Etxauri, 1958) nos recibe en su despacho frente a la plaza del Castillo. El vicepresidente segundo, a punto de entrar en funciones, subraya perfil sin abandonar su tono conciliador y prudente. Si bien da un notable al Gobierno de coalición, 7,5 sobre 10, cree que a Geroa Bai le ha “penalizado” una subrepresentación en el Ejecutivo. Dice que al final de legislatura han “encontrado más dificultades” con los socialistas, y que ha echado en falta “avanzar” más “en medidas sociales y de cambio de modelo”.  

¿Qué balance hace de esta experiencia de Gobierno de coalición? 

–Es una primera experiencia en la que participamos tres formaciones muy diversas, y Geroa Bai y Partido Socialista veníamos de una práctica política enfrentada, Por lo tanto, con reticencias iniciales, creo que por las dos partes, que han tenido reflejo a lo largo de los 4 años. Pero el balance ha sido positivo a pesar de haber vivido una situación complicada. 

¿Qué ha sido lo mejor?

–Que las tres formaciones hemos sido capaces de poner por delante lo que nos unía, y trabajar resolviendo los problemas de los ciudadanos, alcanzando la mayoría política necesaria en el Parlamento. Para Geroa Bai era fundamental consolidar el proceso de cambio iniciado en 2015, a otras velocidades, porque la dirección no nos correspondía. Que aquello no fuera un paréntesis en la política de Navarra, y pudiéramos seguir avanzando. 

Al margen de la pandemia, ¿lo peor?

–La dificultad de enfrentarse a una situación de crisis continua. Abordar la respuesta a una crisis sanitaria, crisis que derivó en una situación económica brutal, con gran parte de la ciudadanía con sus negocios cerrados o estaban en una situación límite. Y cuando parecía que empezábamos a salir, vino la guerra de Ucrania, y su impacto en las materias primas y la energía, que nos obliga a avanzar en ese sentido. Sí que ha propiciado que la UE lo viese así, y que ese necesario cambio de modelo económico y social haya contado con más recursos.  

“Este Gobierno, sin el esfuerzo de sus tres formaciones, difícilmente podía llegar a acuerdos con otras fuerzas”

¿Se ha sentido cómodo y respetado dentro del Ejecutivo?

–En términos generales, la relación personal ha sido positiva, con el resto de consejeros y con la presidenta. En momentos puntuales, donde las distintas visiones se han puesto de manifiesto, hemos vivido situaciones un poco más complicadas. Pero el saldo ha sido muy positivo. 

La discreción habrá supuesto ciertos peajes.

–Tenemos que aprender que este Gobierno, sin el esfuerzo de sus tres formaciones, difícilmente podía llegar a acuerdos con otras fuerzas. Hay camino por recorrer para que todos nos sintamos más cómodos de lo que hemos estado, conscientes de que las dos formaciones líderes del Ejecutivo, PSN y Geroa Bai, se encuentran en una posición muy cercana en la respuesta de la ciudadanía. 

“Nuestro peso numérico en el Gobierno no se correspondía con nuestro peso político y social, y eso en ocasiones nos ha penalizado”

¿La correlación de fuerzas de 2019 no tuvo una traducción justa en la toma de decisiones y en visibilidad?

–Para Geroa Bai lo importante no eran unas cuotas de poder en función del peso en el Parlamento, muy similar con el PSN. Nos preocupaba más tener responsabilidades en cuestiones que consolidaban el proyecto de cambio del 2015, y que ayudaban en ese proceso de transformación de modelo socioeconómico. Nuestro peso numérico en el Gobierno no se correspondía con nuestro peso político y social, y en ocasiones eso nos ha penalizado. Por eso todos tenemos que aprender.

Apuestan entonces por una nueva versión de esta fórmula. 

–Geroa Bai siempre se ha pronunciado como una formación progresista y de izquierda que pretende cambiar el modelo socioeconómico, y este se entiende con el resto de formaciones progresistas. El esfuerzo estos 4 años ha ido dirigido así, porque la necesidad de cambio no se formaliza en una o dos legislaturas, y tenemos que seguir avanzando en ese camino.

¿Qué tienen que aprender el PSN y la reconfiguración de Podemos?

–Podemos ha aprendido que tiene que reformular su espacio e ir unido, como hemos hecho otras formaciones. Una buena dirección para que no se queden restos en la oferta electoral que beneficien a la derecha. Nosotros hemos hecho un esfuerzo también de creación de un nuevo partido, Geroa Socialverdes, unidos al Partido Nacionalista Vasco, para un modelo de gestión transformadora, el objetivo fundamental de Geroa Bai. Estar en las instituciones para mejorar las condiciones de los ciudadanos a través no solo de los principios, sino de la gestión. El PSN tiene que ser consciente de que esa respuesta a la pluralidad de Navarra tiene que llevarse en un esfuerzo conjunto.

“Todos tenemos que aprender de esta primera experiencia de coalición, nosotros cada vez vamos a ser más exigentes”

¿Cuál es la asunción a la que el Partido Socialista aún no ha llegado?

–Ese no reflejo institucional de la representatividad electoral de Geroa Bai, con menos consejeros de los que podría correspondernos, a veces creo que le confunde. Sería bueno que no nos equivocáramos nadie, y fuéramos conscientes de que el respeto a lo que representa el conjunto de las formaciones es muy importante durante toda la legislatura.

En la negociación de un eventual nuevo acuerdo, Geroa Bai corregirá entonces esa subrepresentación.

–Primero tendremos que ver si los ciudadanos valoran positivamente el esfuerzo hecho y apuestan por mantener este modelo. De las encuestas que estamos conociendo últimamente parece desprenderse que es el que cuenta con más elementos en este momento. Nosotros cada vez vamos a ser más exigentes, de la misma manera que lo será el Partido Socialista desde sus principios u otras formaciones políticas. 

“Geroa Bai pretende cambiar el modelo económico, y este se entiende con el resto de formaciones progresistas”

Barkos habla de la necesidad de más valentía a la hora de gobernar.

–Ha habido transformaciones importantes en esta legislatura, marcos que se han abierto, como la aprobación de la Ley de Cambio Climático y la creación de la Agencia. Pero no hemos avanzado a la velocidad que nos hubiera gustado, no hemos dado los pasos suficientes. La Agencia puede ser un instrumento muy positivo para afrontar el reto de la crisis energética, lo mismo que por ejemplo lo va a ser el canal fotovoltaico sobre el Canal de Navarra, o la apuesta que hemos hecho por el hidrógeno verde. Esas propuestas que han nacido de Geroa Bai tienen que tener pasos más ágiles.

¿Esos proyectos estratégicos, y grandes desafíos estructurales, están más asumidos por la población, o aun con todo cuesta explicarlos?

–La situación climática la estamos viviendo en nuestras propias carnes todos los ciudadanos, el año pasado, por ejemplo, con los incendios en primavera y verano, ahora en algunas comunidades del Estado, y hace una semana con uno pequeño en Leitza. Creo que la sociedad es plenamente consciente de que la transformación hacia las políticas de sostenibilidad y de respuesta al cambio climático son fundamentales. El trabajo hecho a través del LIFE NAdapta analizando la influencia que va a tener el cambio climático en los cultivos, la actividad económica, o en las políticas de vivienda, es fundamental para poder afrontar esa situación y posicionar a Navarra en esa estrategia. O el Centro de Industrialización, para transformar un sector económico como el de la construcción.

“La necesidad de cambio no se formaliza en una o dos legislaturas, y tenemos que seguir avanzando en ese camino”

Podemos ha hecho críticas en torno a la Ley Foral de Vivienda.

–Hemos tenido críticas por un lado de Navarra Suma, porque nuestro modelo y el suyo es distinto. 

Lo último es su desencuentro con el alcalde de Pamplona.

–Ofrecimos un acuerdo al Ayuntamiento para desde un esfuerzo público que realizaba el Gobierno de Navarra avanzar en la respuesta a la demanda de vivienda para jóvenes. Navarra Suma ha optado por hacer caja, vender al sector privado las parcelas para que el mercado sea el que actúe y no ha aceptado una propuesta en la que manteníamos la titularidad de esos suelos y esa oferta pública, en manos hoy del Gobierno y mañana del Ayuntamiento. En las 3 parcelas para vivienda de compraventa pagábamos el máximo del dinero que puede pagar cualquier promotor, el 17,5%. Y en las 3 parcelas para alquiler los locales de planta baja, una vez construidas las viviendas los cedíamos gratuitamente al Ayuntamiento. Durante 75 años gestionábamos el alquiler hacia el público objetivo que Pamplona había decidido, jóvenes y mayores, y tras esos 75 años esas viviendas pasaban a ser propiedad del Ayuntamiento. Difícilmente, una oferta privada mejora esas condiciones. 

“La sociedad es plenamente consciente de que las políticas de sostenibilidad y de respuesta al cambio climático son fundamentales”

¿Y por el lado de Podemos?

–Criticaba que la ley permitía en parcelas privadas hacer viviendas de alquiler que volvían al cabo de un tiempo a vivienda libre. Permitíamos durante 5 años en suelos libres hacer vivienda de protección oficial en alquiler durante 15 años, porque el salto cualitativo y cuantitativo que hay que dar en la oferta de vivienda pública es tan grande, que tenemos que sumar esfuerzos de todos. Eso nos daba un colchón de 15 años en los que hacer crecer en conjunto sensiblemente en la oferta de vivienda pública. Nuestras políticas tienen que ser posibilistas y no quedarse en el discurso, sino responder a las necesidades.

Javier Remírez califica la relación con usted de excepcional. 

–Yo coincido, porque ha habido comunicación. Para poder tratar de solucionar problemas es fundamental una buena comunicación. Y la verdad es que ha sido muy positivo.

“Cuanto más avance el proyecto de Geroa Bai y sea mayor su peso, más se va a consolidar esta situación de cambio político”

¿Su expectativa sobre el papel de EH Bildu al inicio de legislatura se ha correspondido con el rol jugado?

–Un Gobierno en minoría tenía el reto de consolidar los 4 años de Presupuestos, porque los retos han sido muy complicados. Lo fundamental es que ha habido una unidad de actuación en las tres formaciones del Gobierno. Porque ese acuerdo de Bildu o de Izquierda Ezkerra no habría servido si no hubiera habido un acuerdo previo de casi el 95% del Presupuesto. La estrategia de Bildu a 4 años con una visión de futuro la compartimos completamente. Nace de una responsabilidad que asumieron la legislatura pasada con una apuesta compartida por cambiar las políticas que la derecha había venido haciendo durante muchos años. Ese esfuerzo nos obliga a todos a sostener el acuerdo y dejarnos de estrategias electoralistas.

¿Le preocupa que EH Bildu se visibilice como una formación posibilista y que pueda competir por una parte del electorado de Geroa Bai?

–Es legítimo, cualquier formación con intención de asumir responsabilidades en la política pública tiene que ir orientando su acción, y más Bildu, que venía de una práctica política determinada. Creo que cada vez hay más ciudadanos en Navarra conscientes de que cuanto más avance el proyecto de Geroa Bai más se va a consolidar esta situación de cambio político. Por la capacidad de negociación, de transformación y de mover al Partido Socialista de las posiciones que tuvo en su momento. Se avanzará más en la medida de que el peso que represente Geroa Bai sea mayor. Creo que eso está en la opinión pública y tenemos que tratar de trasladarlo. 

“Creo que la apuesta del PSN por otro Gobierno de progreso es sincera” 

¿Bildu reforzaría un nuevo Gobierno de coalición, o piensa que debería seguir como está?

–Geroa Bai demostró en la constitución del Parlamento que quería una cámara estable y representativa, y su gestión posibilitó que Bildu pudiera estar en la Mesa del Parlamento.

Una Mesa no es un ejecutivo.

–Bueno, pero ahí dejó clara la posición. La formación de un Gobierno efectivamente es diferente, va a tener que responder a sensibilidades políticas diferentes, no solo la de Geroa Bai. El Partido Socialista ha expresado públicamente que no considera esa posibilidad en este momento. Tendremos que sentarnos, ver cuál es la valoración de los ciudadanos y a partir de ahí, cómo sumamos.

¿Contempla veleidades de Ferraz de no dar el plácet al PSN para repetir Gobierno progresista? 

–En legislaturas pasadas, cuando el Partido Socialista tuvo la posibilidad de conformar un Gobierno de progreso y no lo hizo, la ciudadanía lo penalizó muy claramente. Yo creo que el Gobierno del cambio de 2015 hizo que en 2019 fuera posible ese cambio de posición del Partido Socialista y que liderando un Gobierno de coalición cambiara su estrategia de pactar con la derecha. Si no continúa en esa dirección creo que la ciudadanía navarra lo penalizará y creo que el PSN es muy consciente de esa realidad. Y por eso entiendo que su discurso de apostar por un Gobierno de progreso y continuar con un cambio político es sincero. La diferencia con nosotros es saber quién va a liderarlo. Si va a seguir María Chivite o lo puede liderar nuevamente Uxue Barkos.

¿El PP puede hacer un roto considerable a UPN?

–Unidad Alavesa tuvo un peso muy importante y era mayoritaria dentro de la derecha, y sin embargo el PP acabó ocupando ese espacio. En Navarra creo que el PP es plenamente consciente de que en un momento como el presente, en el que hay una división tan importante dentro de UPN, en una coyuntura estatal en la que el PP está en crecimiento, puede tener un impacto muy importante en Unión del Pueblo Navarro. Con lo cual, esa tensión puede alimentar la división de la derecha y facilitar el acuerdo entre los progresistas.

¿Le decepcionó que Eneko Larrarte dejase el Gobierno y hoy sea candidato de Contigo Tudela?

–La apuesta por él era doble. Por un lado personal, porque me había tocado en mis responsabilidades en Nasuvinsa una relación intensa con el entonces alcalde. Tras las elecciones de 2019, entendí que desde el punto de vista de la gestión y personal podíamos coincidir, y a la vez Geroa Socialverdes nace con vocación de integrar e incorporar a nuestro proyecto político un conjunto de ciudadanos que ha venido trabajando en la gestión transformadora a nivel local, y queremos ofrecer, y se verá en estas próximas elecciones a colectivos municipales, con sesgo claramente progresista, pero huérfanos de una referencia política, un instrumento de participación. En esas claves también se entendía esa participación de Eneko en la Dirección General, o la oferta que le hacíamos en este sentido . Una apuesta por la suma de sensibilidades. De eso habíamos hablado con él en el comienzo de legislatura.

¿Ha sido frustrante?

–Bueno, pues hay que respetar las decisiones que cada uno toma. Pensábamos que en una ciudad como Tudela, dirigida por un representante de Navarra Suma muy beligerante con otras sensibilidades políticas, debíamos hace un esfuerzo de integración que dieran un cambio. Se ha elegido mantener el espacio de la izquierda sin nuestra participación. Y en esa clave sí que ha habido una cierta decepción.