Se calcula que unas 6.800 personas están en una situación de juego problemático en Navarra con riesgo de caer en la ludopatía y unas 2.500 tienen ya un posible trastorno grave por juego. Son algunos de los preocupantes datos que ofreció este viernes la asociación Aralar de ayuda y prevención de la ludopatía en Navarra, que hizo balance de su labor y de los cambios que han tenido lugar en materia de juego y adicciones desde su creación en 1996 por un grupo de personas afectadas y sus familiares.

En estos 25 años, la asociación ha atendido a 1.100 personas con ludopatía, 247 el pasado 2021. Además, mostraron su preocupación por el crecimiento del juego online y por la cada vez más temprana edad de inicio en esta práctica, de media antes de los 19 años y con casos desde antes de los 15.

La presidenta de Aralar, Raquel Pardo, declaró que “si seguimos aquí después de tantos años es porque somos una entidad necesaria. Eso quiere decir que la ludopatía, lejos de remitir, afecta cada vez a más personas y más jóvenes”. En la comparecencia estuvo acompañada por la coordinadora de la asociación, Teresa Burgui, la psicóloga del equipo técnico de Aralar, Saioa Yeregui, y Manuel Buzón, miembro de la junta directiva.

Según indicó Pardo, si se extrapolan a Navarra las conclusiones del último informe del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones del Ministerio de Sanidad, “en Navarra alrededor de 2.500 personas (el 0,6% de la población entre los 15 y 65 años) presentarían un posible trastorno del juego. Además, unas 6.800 personas, el 1,6% de la población, estarían en una posible situación de juego problemático con riesgo de caer en la ludopatía”.

Desde su fundación en 1996, la asociación Aralar ha atendido a más de 1.100 personas con problemas de ludopatía y a otros tantos familiares o personas de apoyo. En 2021, Aralar acogió a 247 personas, 104 afectadas y 143 familiares o personas de apoyo, una figura fundamental en la recuperación.

El perfil de personas atendidas confirma también la tendencia de iniciación al juego a edades cada vez más tempranas, ya que el 63% tiene menos de 35 años y un alto porcentaje de personas reconoce haber jugado antes de los 18 años.

Según la última encuesta sobre alcohol y drogas en España, en la franja de 14 a 18 años, la edad media de inicio en el juego con dinero está en 14,6 años para juego presencial y en 14,7 para el online. En las personas atendidas por Aralar el año pasado, el juego online gana ya al presencial con un 55% de los casos. “El juego online, legalizado en 2011, es una modalidad mucho más accesible, al alcance de la mano, sin horario y en solitario que va ganando terreno al presencial”, afirmó Pardo.

El principal problema son ya las apuestas deportivas, motivo por el que acuden a la entidad el 44,8% de las personas atendidas. “Consideramos muy problemático el fenómeno reciente de las apuestas deportivas, con una peligrosa asociación entre deporte, y las connotaciones positivas que conlleva, y el juego”, remarcó la presidenta de Aralar.

Además, según la asociación, se ha acortado el tiempo desde que las personas se inician en el juego hasta que desarrollan una adicción, pasando de 7 a 8 años hace dos décadas, a 1 o 2 años en la actualidad.

Por otro lado, Aralar también avisó sobre el posible incremento del juego online a raíz de la pandemia. “Todavía no hay estudios que lo confirmen, pero el día a día en la Asociación nos muestra que las últimas personas que están viniendo nos dicen que sus inicios se dieron en la pandemia”, explicó Saioa Yeregui, psicóloga de la entidad.

Talleres de prevención

Además de la atención directa con las personas afectadas, Aralar se encarga también de otros aspectos como la prevención, que ha mejorado mucho en los últimos años. Según explicó Raquel Pardo, ha aumentado notablemente la demanda de talleres y formaciones tanto a profesionales como a familias y jóvenes. “Detectamos una preocupación creciente por esta problemática y hay una mayor sensibilización social. Es importante cambiar estereotipos y actitudes de rechazo y, en particular, el estigma sobre las mujeres y el juego, algo que preocupa enormemente a la asociación y que hemos marcado como reto para este año”, aseguró Pardo.

En el último año, dentro del programa de prevención de adicción al juego dirigido a jóvenes, realizaron 26 talleres en los que participaron 560 personas. También se evidenció una preocupación creciente por los colectivos de educadores, familias y tutores en torno al uso y abuso de pantallas y al juego online. Se desarrollaron 8 talleres relacionados con el uso de la tecnología en el que se formaron 127 personas, 64 de ellas profesionales de los ámbitos educativo, de trabajo social y de los servicios municipales. Asimismo, en 2021 atendieron en la entidad más de 800 peticiones de información general.

25º aniversario de Aralar

Para celebrar su 25º aniversario, retrasado un año a causa de la pandemia, Aralar ha organizado un concierto acústico el próximo 7 de abril a las 20.00 horas en Zentral en el que participarán desinteresadamente un grupo de artistas reconocidos como Kutxi Romero, el cantante de Marea, Alfredo e Iker Piedrafita, Razkin, Alejo y Loco Pirata. La recaudación irá destinada de manera íntegra a la asociación para que pueda continuar desarrollando su labor. “Para una organización pequeña como la nuestra, contar con fondos propios es muy importante. Invitamos a la ciudadanía navarra a que colabore con Aralar, se acerque y nos conozca”, concluyeron.

En Navarra hay 53 salones de juego

Pamplona - Aralar mostró su preocupación por la proliferación de las salas de juego, muchas de ellas en espacios próximos a lugares con tránsito de menores como parques, colegios e institutos. Según los últimos datos de la Dirección General del Juego, del Ministerio de Consumo, en este momento en Navarra hay 58 salones de juego (23 más que en 2016), 11 salas de apuestas (3 menos que en 2016) y 3 bingos. A estos espacios se suman 1.351 locales de hostelería con máquinas tragaperras y 850 con máquinas de apuestas.

Las mujeres son solo el 11% de quienes piden ayuda

Las mujeres son un tercio de las personas que sufren problemas de ludopatía, pero tan solo suponen el 11% de quienes solicitan ayuda. En cambio, ellas son un 66,5% de los familiares o personas de apoyo, lo que confirma que las mujeres siguen teniendo ese papel de cuidadoras y esa reticencia a solicitar ayuda cuando tienen un problema de ludopatía, como explicó Teresa Burgui, coordinadora de la Asociación Aralar.

Estos datos confirman la tendencia general observada respecto a mujer y ludopatía: “Aunque una de cada tres personas con ludopatía es mujer, sólo entre un 10 y 15% ha pedido ayuda”. Por ello, Aralar lanzará una campaña especial dirigida a ellas en el año 2022 “para que no tengan miedo, den el paso y soliciten ayuda”.

Una de las psicólogas de la entidad, Saioa Yeregui, explicó ese rol de género que todavía perjudica a las mujeres. “La mujer siempre tiene ese papel de cuidadora y no se plantea ir a un sitio en el que tiene que pedir ayuda. Luego, al entrar, las mujeres se encuentran con grupos de terapia muy masculinizados. Si solo el 10% son mujeres, es evidente que las situaciones que se van a exponer van a ser mayoritariamente de hombres. Intentamos igualarlo, pero cuesta muchísimo que las mujeres se identifiquen cuando el tema es otro”.

Otro problema al que se enfrentan es el acompañamiento. “Las personas de apoyo suelen ser las mujeres por lo que, cuando la que pide ayuda es una mujer, se trata mayoritariamente de personas que, o no tienen acompañamiento, o que son ayudadas por sus madres o hermanas. No es siempre así, pero sí que hay una tendencia a que ocurra esto”.

Por último, señaló que ellas suelen acudir con más edad que los hombres a las terapias, aproximadamente con unos 30 años frente a los 20 de media en hombres. “Hay estudios que muestran que las mujeres empiezan a jugar más tarde, por lo que piden ayuda a edades más avanzadas. Esto también está ligado a ese rol de género. Una vez que ya han cumplido la obligación de cuidar a los hijos y todo, tienen más opciones de jugar y también de acceder a la ayuda. Es verdad que a las mujeres les cuesta mucho más adherirse a los programas pero, una vez que lo hacen, el proceso de recuperación suele ser mejor”.