El 7% de los nacimientos en Navarra son de bebés prematuros y el 2% de grandes prematuros, esos que nacen antes de la semana 32 (dos meses antes de lo previsto), que tienen una mayor probabilidad de desarrollar secuelas. Las causas de que un bebé se adelante a las 40 semanas de embarazo son múltiples, pero Silvia García Labayen –jefa de Enfermería de Neonatología del HospitalUniversitario– y Raquel Manso –pediatra de la Unidad de Neonatología– aseguran que “el factor más importante de recurrencia es haber tenido un parto prematuro anterior”. “Otro factor de riesgo es la edad materna avanzada, las gestaciones conseguidas por reproducción asistida, las gestaciones múltiples, las enfermedades maternas, problemas uterinos y el consumo de tóxicos durante el embarazo”, explican las profesionales.

En lo relativo a las posibles secuelas, detallan que éstas son más graves cuanto menor es la edad gestacional. Entre las secuelas que más afectan a la calidad de vida están los problemas neurológicos: “Destacan la parálisis cerebral y la displasia broncopulmonar (enfermedad crónica del pulmón del prematuro). También hay otro tipo de secuelas importantes como los déficit visuales, la falta de ganancia de peso y la anemia”, exponen García Labayen y Manso.

Avances en los tratamientos

Los pacientes menores de 32 semanas (unos siete meses), apuntan, precisan directamente ingreso en cuidados intensivos neonatales para recibir asistencia respiratoria y nutrición parenteral con necesidad de canalizar una vía. A la par, los profesionales hacen un estrecho seguimiento del bebé y lo someten a analíticas, controles ecográficos y, en algunas ocasiones, se les administra antibióticos y otras medicaciones.

“En los últimos años se ha conseguido avanzar en la investigación sobre el paciente neonatal, lo que hace fundamental la comunicación interprofesional y la participación en estudios multicéntricos. Aplicar estos avances precisa de un soporte global cuidadoso por personal experimentado en continua formación. Es vital el cuidado continuo por parte de los profesionales y de las familias, consiguiendo con esto una mayor estabilidad, menos complicaciones y mejores los resultados a corto y largo plazo”, sostienen las profesionales.