La Asociación de Personas con Discapacidad de la Ribera, Amimet, ha sido galardonada esta mañana con el Premio a la Innovación Social en los Servicios Sociales por su proyecto Campos de Colores en el que han atendido a un centenar de personas con trastornos mentales graves en la zona sur de Navarra. 

La entrega de la cuarta edición de estos premios, que han recogido siete candidaturas, ha tenido lugar hoy martes en El Vividero de Ideas en Pamplona y han sido entregados por la consejera de Derechos Sociales, Economía Social y Empleo, Carmen Maeztu, y el presidente de la Fundación Tomás y Lydia Recari García, Miguel Echarri. Además del reconocimiento a Amimet, dotado con 6.000€, se han entregado sendos accésits de 1.000€ a Adacen y Anfas

La primera, por su proyecto Autonomía al cuadrado para favorecer la movilidad de los brazos de las personas con daño cerebral adquirido que presentan hemiparesia con la adaptación de un exoesqueleto de uso industrial. Por otro lado, la segunda, por la iniciativa Mi casa, vida en comunidad diseñada para que personas con discapacidad intelectual con necesidad de apoyo generalizado en casi todas las áreas de su vida diaria puedan convivir en comunidad en una vivienda situada en el centro de la capital Navarra. 

La consejera Maeztu, en su intervención, ha afirmado que “la innovación en los servicios sociales no es simplemente una opción, sino una necesidad”. En este sentido, ha expresado que “cuando hablamos de innovación, nos referimos a la implementación de tecnologías avanzadas, pero también a la búsqueda constante de soluciones más efectivas, eficientes, sostenibles, justas o transformadoras que mejoren la vida de todos y todas. Es una herramienta poderosa para avanzar hacia un futuro más justo e inclusivo y es el motor hacia el progreso”. 

Finalmente, en el marco de la entrega del galardón, la mediadora intercultural Fadhila Mammar ha ofrecido la ponencia De la utópica visión a la innovación social. Mammar ha sido directora adjunta de los programas de cuarto mundo de la ONG Médicos del Mundo y coordinadora del Servicio de Mediación Social Intercultural de Madrid, formado por un equipo de 46 personas procedentes de 20 países. Se ha dirigido a los representantes de las asociaciones y entidades políticas para recordarles que "la persona siempre está en el centro. Es necesario hablar de estrategias, gráficas y números pero no podemos perder de vista la visión humanista". Del mismo modo, ha reconocido la exigencia de los trabajos sociales y "el derecho a estar harto. No significa que vayas a parar, pero no hay que privarse de sentirse cansado y compartirlo".

Rincones de bienestar

El jurado del cuarto Premio a la Innovación Social de los Servicios Sociales de Navarra ha destacado del proyecto Campo de Colores de Amimet, que han atendido a 95 personas de 15 localidades de la Ribera, su planteamiento como eje “la propia socialización y engranaje entre las personas participantes y con la vecindad de su propio pueblo, trabajando en equipo y aportando a la comunidad”. También ha puesto el énfasis en el “impacto directo positivo en las personas destinatarias, con resultados concretos, como el acceso al empleo y la reducción de consultas psiquiátricas” y en el proceso de participación “donde la interacción en el grupo y con el vecindario, genera aprendizajes, recompensas y nuevo tejido social”. 

Con esta iniciativa, desarrollada con un presupuesto de 82.000 euros, se han impulsado en cada localidad “rincones de bienestar” con plantas, flores y citas inspiradoras elegidas por la ciudadanía para el bienestar emocional. Las personas con enfermedad mental han participado en una experiencia terapéutica diferente, alejada de la centrada en el tratamiento farmacológico. Es más, no ha sido percibida mayoritariamente como una terapia al ser al aire libre y socializar e interactuar en ella con personas con retos similares, colaborando en actividades positivas con sus propias manos junto a su entorno y familia. 

El proyecto ha conllevado la reducción de las consultas psiquiátricas y la formación para el empleo de 17 personas con enfermedad mental, de las que cinco ya tienen un empleo y cuatro a la espera de incorporarse a un puesto de trabajo. Esta iniciativa también ha supuesto la creación de un nuevo servicio sociosanitario en una zona rural, que dado su carácter itinerante ha contribuido a revertir procesos de aislamiento social de personas con enfermedad mental, al mismo tiempo que ha generado espacios seguros y de confianza.