La promoción de vivienda protegida vuelve a coger aire en Navarra tras varios años de escasa actividad. El año pasado se iniciaron en la Comunidad Foral 728 viviendas protegidas, una cifra cuatro veces superior a las que echaron a andar en 2022 (193).

Se trata de un incremento que responde, entre otras cuestiones, a la subida del precio del módulo, algo que reclamaban desde el sector promotor para volver a reactivar la construcción de VPO, especialmente necesaria en un momento de escasez de vivienda asequible y en el que la oferta no satisface la demanda existente: el Gobierno de Navarra registraba en diciembre más de 17.500 solicitudes en el censo de demandantes de vivienda protegida.

Este fuerte impulso que han registrado las VPO en 2023 contraresta, además, la tendencia del sector constructor y promotor navarro, que marca su segundo año de descenso y arroja los datos más bajos desde 2016: el año pasado se iniciaron un total de 2.358 viviendas en la Comunidad Foral, una bajada del 18% con respecto a 2021 y que se produce por la caída de la vivienda libre.

En concreto, de las 2.358 viviendas iniciadas en 2023, 1.630 fueron libres, registrando un desplome de un 32% con respecto al año anterior y que viene motivado por el incremento de los costes de producción y la inflación de los últimos dos años. En compensación, se iniciaron 728 viviendas protegidas (518 VPO y 210 VPT), que prácticamente cuadruplican las 193 de 2022. Visto así, parece un gran impulso, pero, si se tiene como perspectiva las tres últimas décadas, se observa que la construcción de vivienda protegida de los últimos años está lejos de la de la primera década de los 2000, cuando las VPO iniciadas rondaron las 3.000 al año en varios ejercicios.

De hecho, esta reactivación del mercado protegido, detallan desde el departamento de Vivienda, se produce después de un 2022 en el que la subida del precio de los materiales situó la promoción de estas viviendas en mínimos de la última década, un periodo ya de por sí con años de muy baja actividad. Desde las promotoras y constructoras venían solicitando un aumento del precio del módulo de VPO para que les fuese rentable invertir en vivienda pública. Así, a finales de 2022 se incrementó un 10% hasta los 1.456,96 euros y para este 2024 el Gobierno ha vuelto a subir el precio del módulo casi un 3,5%, fijándolo en los 1.507,57 euros.

Por otra parte, en lo que respecta a las terminadas, en 2023 se finalizaron 2.821 viviendas en Navarra, un 37% más que en 2022 (2.053). Frente al desplome de las viviendas libres iniciadas, las terminadas registraron un importante incremento, al pasar de las 1.810 de 2022 a las 2.375 del año pasado.

Pero este ritmo de la obra nueva no es suficiente para hacer frente a la ingente demanda, que ha ido en aumento en los últimos años hasta alcanzar en septiembre las 19.248 solicitudes en el censo de demandantes de vivienda pública. En diciembre, último mes con datos, han descendido ligeramente a los 17.530, de los cuales 2.476 son para compra, 11.338 para alquiler y 3.716 para ambas.

El departamento de Vivienda ya anunció que una de las líneas a seguir en esta legislatura era la del impulso de la VPO de alquiler para dar respuesta a una demanda que casi se ha triplicado en tres años: en 2021, había 4.608 solicitudes de arrendamiento protegido frente a las más de 11.300 actuales.

Recaída de la compraventa

La demanda se sitúa en máximos históricos y desborda la oferta actualmente existente en el mercado navarro. Los datos reflejan una recaída de la compraventa de vivienda en la Comunidad Foral después de que tocase techo en 2021 y 2022. Pero la subida de la inflación y los altos tipos de interés frenan a las familias navarras a la hora de comprar una vivienda.

Por poner un ejemplo, las últimas promociones de vivienda protegida se mueven entre los 180.000 euros de una VPO de tres habitaciones a los 270.000 euros en el caso de una VPT (sin descontar las ayudas que se conceden), un precio que no ha dejado de subir –especialmente en los últimos años– y que se antoja inasumible para muchas personas. De hecho, el salario medio de los navarros de 30 años –edad media de emancipación en la Comunidad Foral– ronda los 25.000 euros anuales, por lo que deberían dedicar siete años de sueldo íntegro para adquirir una vivienda. Y esto en el mercado protegido.

Ante esta situación la compraventa de vivienda ha caído en 2023 un 9,45% con respecto a 2022, al pasar de 6.799 operaciones a las 6.156 del año pasado. La baja actividad del sector de la construcción de la última década y la consiguiente escasez de obra nueva ha provocado que las viviendas usadas adquieran mayor protagonismo en el mercado inmobiliario. Tres de cada cinco operaciones en 2023 (63%) fueron de compraventa de viviendas de segunda mano. Y ha habido años que ese porcentaje ha superado el 70%.