El juicio por el gravísimo atropello de febrero de 2020 junto al puente de Cuatrovientos de Pamplona acababa la mañana de este martes en el Juzgado de lo Penal 4 de Pamplona. Tras llegar el acusado hace un mes a un acuerdo de cuatro años de prisión por los delitos de lesiones por imprudencia, conducción sin permiso y temeraria, condena que aún no ha entrado en prisión para cumplir, ahora es el turno del pleito civil, de calcular la responsabilidad económica y valorarla en función de las graves lesiones y secuelas de por vida que padecen los dos heridos.

Se trata de Neel Vargas Eufracio Calli, ahora de 33 años, y su pareja Yecenia Maricela Carvajal Calli, de 32, que se iban a afincar entonces en la capital navarra para empezar una vida ya en común tras una década de noviazgo. Todo saltó por los aires después de que el coche de un pamplonés de 38 años se los llevará por delante.

Hoy, las madres de ambas víctimas han declarado para narrar al juez el calvario de su vida diaria: "Estoy condenada en vida", ha dicho la madre de Neel, "vivo 24 horas para mi hijo y no percibo ni una ayuda salvo su incapacidad". Neel trabajaba como ingeniero en Pamplona y ahora vive en Sevilla con su madre. Acude a diario dos horas a terapia de rehabilitación integral. Anda apoyado del hombro de su madre y, según ella, no puede asearse ni vestirse. Además, ha relatado, su carácter ha cambiado por completo. " Era un chico muy responsable y muy estudioso y ahora sufre crisis de agresividad. No puede dormir bien, solo lo hace con medicación, y hay situaciones normales en las que se pone como loco porque no puede controlarse, dice que alguien se ha metido dentro de él y que quiere morirse".

La madre de Yecenia, de origen boliviano y que residía en Suecia, tuvo que venir tras el accidente a cuidar de su hija. "He vivido más de un año con ella en el hospital", ha contado. "Tuve que dejar de trabajar y regresar sin mi marido a Sevilla. Mi hija tiene varias prótesis, no puede usar el brazo derecho y apenas entiende o sabe leer y escribir" recuerda de Yecenia, que en el momento del accidente estudiaba oposiciones y había regresado a Pamplona desde Londres, donde se pagaba los estudios trabajando como camarera. " Espero que esto no le vuelva a pasar a nadie. Ese conductor ha destrozado la vida de mi hija, de Neel y de todos nosotros", ha afirmado la madre, que ha agradecido el trato recibido en Pamplona desde el hospital, la policía, el ayuntamiento y la Iglesia.

Como hecho relevante, en el juicio de esta mañana, la defensa de la aseguradora, que trata de rebatir que los daños provocados asciendan a los 5,5 millones de euros que reclaman las familias, ha expuesto el visionado de dos vídeos en los que unos detectives privados grabaron a las víctimas en la calle. En uno se observa a Yecenia junto a su madre, esperando un taxi y caminando con un bastón en la calle y en un supermercado. Nunca va sola. Lo mismo que Neel, al que se ve acompañado de un amigo en una terraza comiendo churros y pasear junto a su madre, y apoyado en ella.