El hombre asesinado en Villava el pasado domingo, Alfredo Ogando Uceta, Gualey, de 48 años y vecino de Pamplona, recibió más de veinte cuchilladas, una de las cuales le atravesó al corazón. Así se desprende de los resultados preliminares de la autopsia efectuada a la víctima de un crimen que continúa investigando la Policía Foral y cuyo autor aún no ha sido detenido.

El brutal acuchillamiento de Ogando, de origen dominicano y afincado en la Rochapea desde hace veinte años se produjo, según las pesquisas llevadas a cabo, en el interior de un vehículo estacionado en la calle A del polígono Landazábal de Villava. Fue ahí donde el supuesto autor del crimen, un joven de 24 años y vecino de Mutilva, Yaron Miguel Jiménez Pérez, de origen dominicano y nacionalidad española, agredió a la víctima.

Diez centímetros de hoja

Según la autopsia llevada a cabo en el Instituto Navarro de Medicina Legal y Ciencias Forenses, el asesinato de Alfredo Ogando fue cometido con un cuchillo de unos 10 centímetros de hoja, es decir, no excesivamente grande, pero las puñaladas fueron ejecutadas con gran violencia, según fuentes conocedoras del caso.

En total, el autor del asesinato propinó más de veinte cuchilladas a la víctima, muchas de ellas en el rostro y el cuello, y una de ellas le atravesó el corazón

Esta forma de proceder, según las fuentes consultadas, encaja en un crimen cometido por un ataque de celos, que es la principal hipótesis que barajan los investigadores de la Policía Foral, dado que el supuesto autor acudió en búsqueda de la víctima al tener conocimiento de que podía encontrarse con su supuesta pareja.

Las pesquisas de este caso son dirigidas por el titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Pamplona que, tras producirse el crimen en la mañana del domingo, se personó en el lugar de los hechos.