Sereno, a un dedo de sus segunda corona en Francia, Jonas Vingegaard –que recibió el cariño de su mujer y su hija una vez capitulado el episodio de Le Markstein antes de celebración de París– trasladó sus sentimientos. “Estoy muy feliz de ganar el segundo Tour, era el gran objetivo, ganar es maravilloso. Hemos ejecutado el plan muy bien, pero no puedo explicar el plan porque si se entera Tadej Pogacar ya conocería nuestra forma de actuar, y eso no puede ser”, dijo el danés, que situó en la confianza en sí mismo una de las claves de bóveda para su segunda gran conquista. “Sí, este año he tenido más confianza, tanto en mí como en el equipo. Conocía mis puntos fuertes y sabía cómo aprovecharlos. Supimos a nivel de equipo lo que teníamos que hacer y ha funcionado el plan”, señaló Vingegaard.

El danés que piensa en el próximo año aunque aún no ha subido al trono de los Campos Elíseos de París y degustado un kebab, el placer que se dará después de su segundo laurel consecutivo. Pensamiento de campeón. Ya trabaja en su próximo Tour. “Aunque es pronto para decirlo, volveré al Tour para ganar de nuevo. Veo que evoluciono y mejoro año a año”, expresó el danés. Probablemente, Vingegaard tenga que combatir nuevamente con Pogacar, campeón en 2020 y 2021. “Es positivo que haya estos duelos, este año entre Tadej y yo hemos dado espectáculo y estoy contento de ganarle”, expuso el campeón del Tour, que subraya que una de sus mejoras en el presente curso ha sido el manejo del estrés, de la presión que se metía así mismo. “Hace dos años ya logré resultados, pero antes no era capaz de aguantar la autopresión. Ahora he aprendido a gestionar la presión, he cogido más confianza ante los medios, en el podio y demás compromisos”, analizó el danés, feliz por celebrar su segunda corona ante Pogacar. El esloveno se congratuló de su triunfo de etapa y dijo sentirse orgulloso de ser segundo. “Tras una semana muy difícil me he vuelto a sentir yo mismo. Estaba feliz de volver a sentirme bien”.

También abrazó la dicha Pello Bilbao, sexto en la general y el mejor vasco de la carrera. El de Gernika, que logró una etapa al igual que Ion Izagirre, le puso nota a su Tour, un nueve. “Si hubiese venido mentalizado para la general, quizá hubiese podido hacerlo mejor, pero no tendría una etapa en el bolsillo. Así que estoy orgulloso del trabajo que hemos hecho aquí. Podría haber estado más cerca, pero también podría haber sido más estresante y las cosas no irían tan fluidas”, expuso el vizcaino, que se lleva “un gran botín del Tour”.